En Honduras, el Día Mundial de los Humedales es a la vez una celebración y un llamado a la acción

Investigadores del Centro de Estudios Marinos creen que la conservación de los humedales costeros es clave para un medio ambiente y medios de vida saludables

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En Honduras, el Día Mundial de los Humedales es a la vez una celebración y un llamado a la acción
Un pájaro parado en aguas tranquilas se enfrenta a las raíces largas y retorcidas de color marrón que se extienden debajo de las copas de los manglares de hojas verdes.
Los manglares, como estos en Roatán, Honduras, son soluciones al cambio climático basadas en la naturaleza. Sirven como amortiguadores de las marejadas ciclónicas y la erosión costera, y secuestran de tres a cinco veces más carbono que otros bosques terrestres.
Antonio Busiello Getty Images

El Día Mundial de los Humedales, que se celebra anualmente el 2 de febrero, conmemora la firma en 1971 del Convención sobre los Humedales. Los humedales costeros, que incluyen bosques de manglar, pastos marinos y marismas, juegan un papel crucial en abordar el cambio climático, salvaguardar la biodiversidad y sostener los medios de vida. En Honduras, investigadores del Centro de Estudios Marinos (CEM) se encuentran explorando esfuerzos para comprender y conservar estos valiosos ecosistemas.

José Luis Matamoros Carranza es licenciado en Biología con seis años de experiencia en la conservación y restauración de ecosistemas de manglar, enfocado principalmente en la zona sur de Honduras. A lo largo de su trayectoria, ha trabajado en proyectos de reforestación, manejo de áreas protegidas y restauración de bosques de mangle, colaborando con comunidades locales e instituciones gubernamentales para promover la sostenibilidad. Su trabajo combina herramientas tecnológicas avanzadas, como sistemas de información geográfica (SIG) y técnicas de monitoreo de fauna, con un enfoque en la preservación de la biodiversidad. 

Un hombre con una camisa azul de manga larga y pantalones caqui está sentado sobre la raíz marrón de un mangle que está encima del suelo.
José Luis Matamoros Carranza
Cortesía de José Luis Matamoros Carranza
Una mujer que lleva un sombrero, una camiseta blanca de manga larga y pantalones caqui haciendo un signo de la paz con su mano y está parada en el barro salpicado de huellas.
Raquel Alvarez
Cortesía de Raquel Alvarez

Raquel Alvarez es una bióloga que trabaja en la conservación y restauración de humedales costeros, especialmente en la Bahía de Tela. A lo largo de su carrera, ha colaborado estrechamente con instituciones locales y comunidades, participando en proyectos que combinan la conservación ambiental con el desarrollo social.

A través de su trabajo, ha observado cómo el deterioro de los humedales afecta directamente la calidad de vida de las comunidades, especialmente las que dependen de estos recursos para su sustento.

Raquel ha trabajado en el desarrollo de planos de restauración y manejo de manglares, enfocándose en la participación activa de las comunidades locales. Su enfoque es lograr un equilibrio entre la conservación del medio ambiente y el bienestar de las personas, promoviendo prácticas sostenibles y generando conciencia sobre la importancia de estos ecosistemas para el futuro de las regiones costeras.

Esta entrevista con ellos dos ha sido editada para mayor concisión y claridad.

Q: ¿Por qué son importantes para usted los humedales costeros?

José Luis: Los humedales costeros son esenciales para el equilibrio ecológico y la sostenibilidad económica en Honduras. Proveen servicios ecosistémicos clave ya que proporcionan hábitats para diversas especies, actúan como barreras naturales contra tormentas y almacenan grandes cantidades de carbono.

Raquel: Los humedales costeros, especialmente los manglares, son esenciales para el equilibrio ecológico y el estilo de vida de las comunidades pesqueras, ya que son áreas de refugio y cría de especies marinas clave para la pesca artesanal.

Dos personas con sombreros están sentadas en un barco que navega sobre el agua, mirando fijamente a un bosque de manglares que bordea las orillas del golfo. Un otro pasajero está sentado en la parte delantera del barco.
Los manglares – como estos a lo largo de las orillas del Golfo de Fonseca en Honduras – no solo sirven como soluciones basadas en la naturaleza al cambio climático, sino que también son importantes para las comunidades locales, proporcionando alimentos, ingresos y empleos a través de la pesca, el turismo y la extracción de madera.
José Luis Matamoros Carranza CEM

Q: ¿Cuál es su papel en relación con el trabajo sobre los humedales costeros?

José Luis: Para mí, estos ecosistemas representan no solo una riqueza biológica, sino también un recurso invaluable para las comunidades que dependen de ellos. En el marco del Proyecto “Fortalecimiento de capacidades nacionales y locales para la conservación, restauración y manejo de humedales en Honduras 2023-2026,” financiado por Pew Charitable Trusts, mi rol en el Centro de Estudios Marinos se centró en la investigación y conservación de los manglares en el Golfo de Fonseca, parte de la costa sur de Honduras, combinando mapeo técnico y análisis de bienes y servicios ecosistémicos. Este trabajo busca resaltar la importancia de manglares a nivel local y fomentar soluciones basadas en la naturaleza para un manejo sostenible de estos árboles. Además, el CEM colabora estrechamente con comunidades locales para integrar su conocimiento en las estrategias de conservación.

Raquel: Mi trabajo en el CEM se centra en la conservación, investigación y restauración de estos ecosistemas. También hemos levantado una línea base de las zonas degradadas de manglar en la Bahía de Tela, en la costa caribeña en el noroeste de Honduras, lo que nos ha permitido identificar áreas prioritarias para su recuperación y promover su desarrollo sostenible.

Q: ¿Qué amenaza enfrentar los humedales costeros en la costa caribeña de Honduras y el Golfo de Fonseca?

José Luis: Los humedales costeros en Honduras enfrentan múltiples amenazas que incluyen la deforestación, la contaminación y la sobreexplotación de recursos naturales. En el Golfo de Fonseca, la expansión de la acuicultura ha tenido un impacto significativo, con un aumento del 33 % en las áreas dedicadas a la camaricultura entre 2018 y 2024, alcanzando las 27,692 hectáreas. Este crecimiento ha provocado un cambio de uso del suelo que afecta directamente la cobertura de manglares, incrementando la presión sobre estos ecosistemas. La sobrepesca, especialmente en áreas críticas para la pesca artesanal (prácticas de pesca tradicionales a pequeña escala), ha reducido la disponibilidad de recursos marinos esenciales para las comunidades. Además, el cambio climático exacerba estos problemas, aumentando la vulnerabilidad de los humedales que se refleja mediante erosión costera, perdida de playas.

Raquel: Otras amenazas incluyen el mal manejo de las áreas por propietarios debido a conflictos con el Estado o instituciones gubernamentales, el avance de la frontera agrícola y ganadera, y la pobre judicialización de denuncias ambientales. Estas problemáticas contribuyen de manera significativa a la degradación de estos ecosistemas, poniendo en riesgo su sostenibilidad.

Q: ¿Qué desafíos enfrenta Honduras para abordar algunas de estas amenazas?

José Luis: Honduras enfrenta el desafío de equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental. La falta de financiamiento y recursos técnicos limita la capacidad de implementar planes de manejo y restauración en los humedales. Además, las políticas ambientales no siempre se aplican de manera efectiva debido a la insuficiencia de personal y mecanismos de monitoreo. La integración de las comunidades locales en las estrategias de conservación es otro reto, ya que muchas dependen económicamente de actividades como la pesca y la acuicultura. Por último, existe una necesidad urgente de fortalecer la educación ambiental para sensibilizar a todos los sectores sobre la importancia de los humedales y los riesgos asociados a su degradación.

Raquel: También se requiere fortalecer la legislación ambiental y garantizar su cumplimiento, algo que actualmente es limitado debido a la débil supervisión y la corrupción. Además, es fundamental mejorar la coordinación entre las instituciones gubernamentales y otros actores clave para garantizar un manejo sostenible de estos ecosistemas.

Q: ¿Cómo llegaste a trabajar en el CEM y en la investigación y conservación de humedales costeros?

José Luis: Mi interés por los humedales comenzó durante mi formación como biólogo, cuando participé en proyectos de restauración en ecosistema de manglar acompañados de monitoreo de fauna y manejo de áreas protegidas. Esto despertó en mi asombro y fascinación por estos ecosistemas, lo que me llevó a enfocarme con mayor atención en ecosistemas costeros. Unirme al CEM fue un paso emocionante, motivador y significativo, por el prestigio y la trayectoria que tiene esta organización en Honduras ya que el CEM es reconocido como pionero en la conservación de áreas marino-costeras. Me sentí profundamente atraído por la oportunidad de formar parte de este espectacular equipo de trabajo, conformado por profesionales dedicados y comprometidos con la conservación y el manejo de los recursos marino-costeros, así como su estrecha colaboración con las comunidades locales.

Raquel: Desde 2022, trabaje como consultora en el CEM, donde contribuyo a proyectos enfocados en la conservación y restauración de humedales costeros. Mi formación académica y experiencia previa en otra institución dedicada también a la conservación de estos ecosistemas me permitieron entender su importancia para el equilibrio ecológico y su impacto en el estilo de vida de las comunidades locales. Mi interés por este campo surgió de la convicción de que los humedales son esenciales no solo para la biodiversidad, sino también para el bienestar humano, especialmente en zonas costeras.

Q: ¿Qué fue lo que más le llamó la atención en su investigación?

Múltiples raíces largas marrones de manglar se entrecruzan y desaparecen en el barro. Al fondo hay dos árboles de hojas verdes.
El sedimento fangoso donde crecen los manglares retiene carbono por muchos años. Los suelos de manglares pueden secuestrar significativamente más carbono por unidad de superficie que la mayoría de los suelos forestales, hasta cinco veces más carbono orgánico que los bosques tropicales terrestres.
José Luis Matamoros Carranza CEM

José Luis: Lo que más llamó mi atención fueron las extensas áreas de superficie ocupadas por la industria de la camaricultura en el Golfo de Fonseca. Este dato contrasta con la presión que enfrenta el ecosistema de manglar, cuya cobertura actual en el Golfo de Fonseca se estima en 37,565 hectáreas según nuestro análisis de 2024. A pesar de estas presiones, los manglares continúan brindando servicios esenciales como refugio para especies marinas y almacenamiento de carbono. También me impactó descubrir cómo las comunidades locales dependen profundamente de estos ecosistemas para su subsistencia. Este equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación me ha motivado a buscar soluciones sostenibles para preservar estos hábitats únicos.

Raquel: Lo que más me llamó la atención fue trabajar en una zona donde los ecosistemas de manglar no habían sido estudiados ni manejados ampliamente, lo que representó un gran desafío debido a la falta de información disponible. Este contexto inicial nos llevó a realizar un análisis exhaustivo de las necesidades locales para identificar las áreas degradadas y diseñar un protocolo de restauración. En colaboración con los actores locales, se desarrolló un plan de restauración enfocado en la recuperación de estas áreas críticas. Esta experiencia marcó un hito en mi trayectoria profesional, ya que fue la primera vez que participé en un proceso de restauración desde su planificación, lo que me permitió adquirir una perspectiva integral sobre los retos y oportunidades que implica este tipo de trabajo.

Q: En sus respectivos estudios, han descubierto que las comunidades locales y las partes interesadas dependen de la salud de los humedales costeros. ¿Cómo pueden participar estas comunidades en la conservación de estos importantes ecosistemas?

José Luis: Las comunidades locales pueden desempeñar un papel clave adoptando prácticas sostenibles que reduzcan la presión sobre los humedales, como la reforestación de manglares y el manejo responsable de recursos pesqueros. Programas de capacitación en alternativas económicas, como el ecoturismo, pueden diversificar sus ingresos y medios de vida mientras se promueve la conservación. También es importante fortalecer la gobernanza comunitaria mediante la formación de comités locales que participen activamente en la gestión de los humedales. La colaboración con actores como las industrias y empresas privadas puede ayudar a implementar medidas de responsabilidad ambiental. Finalmente, la educación ambiental es crucial para fomentar una mayor conciencia sobre los beneficios de estos ecosistemas y la importancia de su protección.

Varios árboles jóvenes de mangle, con copas de hojas y raíces envueltas en papel, están agrupados en la parte trasera de una camioneta gris.
Plantando árboles jóvenes de manglares como estos es importante debido a los muchos beneficios que brindan a las personas y la vida silvestre. Los planes eficaces de restauración de manglares requieren un conocimiento profundo de la ecología, la hidrología y los daños al entorno de los manglares locales para determinar los pasos de implementación necesarios, como dónde plantar plántulas.
José Luis Matamoros Carranza CEM

Raquel: Es fundamental incluir las comunidades locales como aliados estratégicos en la implementación de soluciones sostenibles. Pueden desempeñar un papel crucial también a través de actividades como la adopción de prácticas sostenibles en pesca y agricultura, y la gestión adecuada de desechos sólidos. Además, su participación en proyectos de monitoreo, restauración y educación ambiental fortalece el vínculo entre la conservación y el desarrollo comunitario.

Q: ¿Algo más que quieras compartir?

Raquel: Es importante resaltar que la conservación de los humedales costeros no es solo una responsabilidad ambiental, sino también una inversión en el futuro de las comunidades que dependen de ellos. La colaboración entre organizaciones como el CEM, Instituto de Conservación Forestal, Fundación para la Protección de Lancetilla, Punta Sal y Texiguat y otros socios locales e internacionales ha sido clave para abordar las amenazas que enfrentan estos ecosistemas. Además, fortalecer las políticas públicas y promover la participación activa de las comunidades garantiza que los beneficios de los humedales costeros puedan mantenerse para las generaciones futuras.

Six multicolored boats—painted in shades of blue, red, yellow, and green—dot wet sand near the river’s shoreline. Mangroves line the shore behind the boats and gently reach toward the blue sky.
Six multicolored boats—painted in shades of blue, red, yellow, and green—dot wet sand near the river’s shoreline. Mangroves line the shore behind the boats and gently reach toward the blue sky.
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Los humedales costeros de Honduras son importantes para la biodiversidad, clima y medios de vida

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El biólogo Jimmy Andino ha dedicado muchos años a proteger los recursos marinos de Honduras, con más de una década trabajando con el Centro de Estudios Marinos (CEM). Como director ejecutivo del CEM, junto con Alejandra Ramírez, coordinadora de gestión climática, coordinan las actividades recientes para garantizar que los esfuerzos en curso en la investigación y conservación de los humedales costeros conduzcan a una mejor gestión de estos ecosistemas y una Contribución Determinada a nivel Nacional (el compromiso que un gobierno puede asumir para reducir las emisiones de su país y los impactos del cambio climático) más ambiciosa que se presentará en 2025, e incluirá los aportes de las comunidades locales.

A setting sun reflects off a large, calm body of water with the thin stalks of trees growing from the water along the near bank and palm fronds overhanging the scene. The silhouette of vegetation is visible on the far bank.
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