Los humedales costeros de Honduras son importantes para la biodiversidad, clima y medios de vida
Jimmy Andino y Alejandra Ramirez creen que mejorando las políticas y las prácticas de gestión puede ayudar a preservar estos valiosos ecosistemas
El biólogo Jimmy Andino ha dedicado muchos años a proteger los recursos marinos de Honduras, con más de una década trabajando con el Centro de Estudios Marinos (CEM). Como director ejecutivo del CEM, junto con Alejandra Ramírez, coordinadora de gestión climática, coordinan las actividades recientes para garantizar que los esfuerzos en curso en la investigación y conservación de los humedales costeros conduzcan a una mejor gestión de estos ecosistemas y una Contribución Determinada a nivel Nacional (el compromiso que un gobierno puede asumir para reducir las emisiones de su país y los impactos del cambio climático) más ambiciosa que se presentará en 2025, e incluirá los aportes de las comunidades locales.
Esta entrevista con Andino y Ramírez ha sido editada para claridad y longitud.
¿Qué rol ha tenido el Centro de Estudios Marinos en la conservación de los ecosistemas marinos de Honduras?
Andino: Durante 14 años el Centro de Estudios Marinos (CEM) ha promovido una pesquería responsable y sostenible. Hemos logrado que más de 4,500 familias de las comunidades costeras de Honduras puedan vivir de una pesquería artesanal, generando ingresos diarios que superan el salario mínimo nacional y sintiéndose más seguras para solventar los gastos de educación y salud de sus hijos. Lo anterior se ha logrado a través de la gestión de ecosistemas marinos en Honduras y con la creación de áreas de reservas con la protección de 500 km2 de hábitats marinos; importantes para la conservación de la biodiversidad de la región mesoamericana ante los efectos del cambio climático en las costas y en la conservación de especies marinas como base de la seguridad alimentaria de la que dependen miles de personas en la región. De esta manera, el CEM contribuye a que el gobierno nacional, autoridades locales, sociedad civil y pescadores tomen mejores decisiones sobre la gestión de sus recursos marinos.
¿Cuál es la historia de Honduras en referencia con la conservación de humedales costeros?
Andino: Honduras tiene 1.2 millones de hectáreas de humedales, de los cuales los manglares cubren un área de 51,970 ha distribuidos en cuatro regiones costeras del país. La cobertura de manglar a nivel nacional representa el 1% de la cobertura total forestal. El país tiene 4 especies de manglares: Rhizophora mangle (mangle rojo), Laguncularia racemosa (mangle blanco), Avicennia germinans (mangle negro) y Conocarpus erectus (mangle botoncillo).
Los manglares se desarrollan en la zona costera de países tropicales y subtropicales, en áreas donde se mezcla el agua de mar y el agua continental de ríos, lagunas y subterránea. Son uno de los ecosistemas más productivos del planeta, ya que generan múltiples bienes y servicios ambientales aprovechados por las poblaciones humanas – entre ellos la capacidad de secuestrar y almacenar grandes cantidades de carbono en sus sedimentos y vegetación. Por lo tanto, los ecosistemas de manglar representan soluciones basadas en la naturaleza para acciones de mitigación y adaptación frente al cambio climático. Según los datos del Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, del periodo 2017 al 2022 los manglares de Honduras en promedio almacenan 346.7 toneladas de carbono por hectárea, donde el 80.3% del carbono almacenado se concentra en los sedimentos.
En términos de gobernanza, Honduras ha elaborado políticas y establecido objetivos internacionales para garantizar la protección de los humedales costeros. Se encuentra disponible una Política Nacional de Humedales y Espacios Marino Costeros de Honduras (2019-2029) como marco regulatorio para la conservación de hábitats marino-costeros, y compromisos internacionales en el marco de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC).
¿Los manglares ofrecen otros beneficios importantes para Honduras, más allá del secuestro de carbono, cierto?
Andino: Sí. Estos ecosistemas son vitales para las comunidades costeras que habitan en ellos y para las ubicadas en las partes altas, ya que brindan una gran variedad de bienes y servicios ecosistémicos. Además, generan numerosos impactos positivos en los procesos naturales del entorno y de otros ecosistemas vinculados, beneficiando de manera directa e indirecta la biodiversidad marino-costera.
Honduras cuenta con manglares en ambas costas y con cientos de comunidades y ciudades costeras que depende directamente de los servicios ecosistémicos, como:
- Protección contra las tormentas y otros eventos meteorológicos
- Regulación hídrica (recarga de acuíferos y filtro de agua)
- Mitigación al incremento del nivel del mar
- Estabilización de la línea de costa y control de erosión costera.
- Retención, asimilación y transformación de nutrientes.
- Retención de sedimentos, carbono y contaminantes.
- Hábitat para una gran diversidad de especies de peces, crustáceos, moluscos, mamíferos, reptiles, anfibios y aves, algunos de ellos de importancia comercial o en peligro de extinción
- Mantenimiento de las pesquerías donde el alrededor del 75% de especies de pesca comercial pasan parte de su ciclo de vida en los manglares o dependen de ellos para su alimentación.
Ramírez: Los manglares brindan varios beneficios ambientales, como la protección contra huracanes y tormentas, y la purificación y la regulación del flujo de agua. Sirven como refugio para especies migratorias. También son un medio para la obtención de alimentos e ingresos para las comunidades. Por ejemplo, en el Sur de Honduras, en los manglares crecen y se producen los curiles, un molusco que provee una fuente de ingresos a familias enteras que se dedican a su recolección y venta. También son fuente de ingresos en el sector turismo, donde grupos de lancheros se dedican a llevar a turistas a contemplar los paisajes maravillosos de los mangles.
Sin embargo, hay mucho que aún no sabemos sobre los manglares.
Andino: Sí. La investigación en ecosistemas de manglar es escasa en la mayor parte de los países, y Honduras no es la excepción. En Honduras se cuenta con poca información documentada a nivel nacional sobre el estado actual de los manglares, ya que los estudios han sido aislados o enfocados en áreas o regiones específicas. Varios de estos estudios han sido desarrollados por proyectos de corto plazo y por instituciones académicas.
Por lo anterior, la oportunidad de generar datos y resultados a nivel nacional sobre el carbono azul en los manglares en Honduras es prioritario, considerando que solo existen reportes a escalas locales y en ocasiones las estadísticas nacionales han sido tomadas de fuentes regionales a nivel Centroamérica. La meta es contar con herramientas que permita la difusión del conocimiento actual de los ecosistemas de manglar en el país y sea el documento oficial que reporte la distribución, características forestales y el carbono almacenado en estos ecosistemas. Asimismo, queremos contar con un instrumento técnico de apoyo para la toma de decisiones informadas relacionadas a la conservación y sostenibilidad de los ecosistemas de manglar en Honduras.
¿Cuáles son los desafíos que enfrenta Honduras para proteger y restaurar estos ecosistemas?
Andino: Algunos de los desafíos son los procesos de degradación y cambio de uso de suelo en los manglares ya que son factores de riesgo para la pérdida y emisión de carbono hacia la atmósfera. En este sentido, es necesario identificar y cuantificar los almacenes de carbono en los manglares a diferentes escalas: locales, regionales y nacionales, con la finalidad de generar estrategias específicas de conservación, manejo y restauración.
Otro desafío es la falta o poca de aplicación de las leyes como políticas de gestión y manejo de humedales y protección de manglares por parte de las autoridades nacionales. Existe en el país un compendio de acuerdos nacionales y regulaciones locales, y Honduras es signataria de convenciones internacionales sobre la protección de humedales y manglares. Sin embargo, aun existe mucha degradación, deforestación, corte de mangle por urbanizaciones e infraestructura costeras, dragados, y contaminación urbana como resultado de la falta de ordenamiento espacial en las zonas marino -costeras que obstaculiza la buena gestión de los manglares en Honduras.
¿Cómo terminaste trabajando en CEM y en la conservación de ecosistemas marinos?
Andino: Como biólogo hondureño enfocado en la conservación de la biodiversidad, la protección de los recursos marinos fue una decisión de vida. En mis 13 años en la gestión de recursos marino- costeros en Honduras reconozco la importancia de los ecosistemas como hábitats críticos para la supervivencia de las especies pero también reconozco que estos ecosistemas marinos costeros (como el manglar) son ecosistemas con mucha importancia por los beneficios ecológicos que provee a las comunidades y ciudades costeras y a las miles de familias de pescadores que tienen sus medios de vida vinculados al sistema de manglar.
Ramírez: Después de años de trabajar en proyectos de cambio climático, me invitaron a ser parte del equipo del CEM para apoyar el logro de los objetivos de conservación de los ecosistemas marino-costeros enfocándonos en la gobernanza climática del país. He tenido la alegría de trabajar tanto en la mitigación como en la adaptación al cambio climático y espero dejar mi huella en la protección de los recursos naturales del país.
¿Cómo ayudará esta nueva sociedad con Pew en la conservación de estos ecosistemas en Honduras?
Andino: Este proyecto de Pew en Honduras viene a fortalecer las políticas públicas en la mejora de la gestión de los manglares en Honduras identificando los vacíos de información de colecta de datos sobre la importancia de los manglares relacionados con la gestión climática. Asimismo, ayudará a visualizar y registrar los aportes de los manglares en mediciones de carbono azul vinculadas a las metas y ambición de Honduras establecidas para sus Contribuciones Determinadas Nacionales (NDC) que son compromisos que el país asume para reducir sus emisiones y los impactos del cambio climático, del 2025. Este proyecto busca conectar y facilitar la comunicación estratégica entre las diferentes entidades de gobierno que trabajan en la gestión de manglares y clima y lograr una mayor fluidez en el intercambio de comunicación, acceso, reporte, uso e interpretación de los datos de los manglares y su carbono azul para contribuir a los reportes nacionales y compromisos internacionales ante las diferentes convenciones. Este proyecto también busca el empoderamiento y fortalecimiento de varias entidades multisectoriales, como el Comité Interinstitucional de Ambiente y Áreas Protegidas de la región de Tela (CIAT), para lograr una mejor gobernanza de manglares en Honduras.
¿Qué crees que esta nueva línea de trabajo puede brindar a las comunidades costeras?
Andino: Este proyecto con su enfoque de involucramiento local puede lograr que las comunidades costeras se sigan fortaleciendo en la participación activa en actividades de protección y manejo de los manglares, reconociendo su rol como responsables ante el mundo de conservar los manglares como ecosistemas vulnerables de los cuales todos dependemos. También, las comunidades con un enfoque inclusivo estarán participando en los espacios de negociación, discusión y toma de decisiones con otros actores nacionales y autoridades y sus opiniones serán escuchadas y tomadas en los espacios participativos empoderando su voz y tomando acciones en el manejo de los ecosistemas de manglares.
¿Algo más que te gustaría agregar acerca de las aspiraciones de Honduras en la conservación de los ecosistemas costeros y las políticas climáticas nacionales?
Ramírez: La protección de los humedales y demás ecosistemas costeros han sido agregados a la lista de prioridades en las políticas gubernamentales, donde diferentes instituciones se encuentran trabajando en conjunto en definir las rutas más propicias para poner en marcha acciones verdades de conservación. Una de ellas es la incorporación de medidas de carbono azul en los informes Bienales de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (BUR) y Comunicaciones Nacionales, así como en las Contribuciones Determinadas, la Estrategia Nacional de Monitoreo Biológico, Protocolos de Restauración, entre otros.
Andino: Honduras es un país bendecido con una gran biodiversidad de ecosistemas tropicales marino costeros, por lo que debemos actuar y ser responsables por un buen manejo de estos. Debemos garantizar condiciones habilitantes y una colaboración interdisciplinaria en la creación de políticas públicas efectivas y estratégicas, de alto impacto y que busquen proteger su integridad ecológica. La conservación de estos ecosistemas es clave para que sigan proveyendo los servicios ambientales a escala global y nacional asegurando el goce de estos servicios en las presentes y futuras generaciones.
El futuro es hoy, debemos de actuar y hacer nuestra parte. Juntos podemos hacer la diferencia.