Naciones Unidas establece las bases para proteger dos tercios del océano
Los delegados se acercan más a la finalización del tratado para proteger la biodiversidad en aguas internacionales
Nota del editor: El contenido de esta página se publicó antes de junio de 2023, cuando las Naciones Unidas adoptaron un tratado legalmente vinculante sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional, también conocido como “tratado de altamar”.
La zona de altamar, es decir, la vasta área del océano que se encuentra a más de 320 kilómetros (200 millas) de cualquier costa y más allá de la jurisdicción de cualquier país, está repleta de vida y sustenta diversos ecosistemas que son críticos para la vida en la Tierra. Sin embargo, solo alrededor del 1 % de estas aguas están protegidas. De hecho, la altamar está gobernada por un mosaico de organismos internacionales que no logran proteger esta vasta área silvestre de vital importancia ecológica.
Para abordar estas deficiencias de gobernanza, la ONU está negociando un tratado centrado en la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina en altamar. Después de una larga pausa en las negociaciones debido a la pandemia del COVID-19, en marzo, los delegados se reunieron por cuarta vez en la sede de las Naciones Unidas en la Ciudad de Nueva York para reanudar las conversaciones sobre el tratado de carácter obligatorio.
A pesar del ritmo lento de las negociaciones, el progreso es alentador
Los delegados lograron un progreso importante en la reunión de marzo, donde se presentaron negociaciones serias y propuestas conjuntas analizadas, lo que no había ocurrido en rondas anteriores. Esto resultó en revisiones del texto que sienta las bases de un acuerdo final en la próxima reunión, la quinta sesión de la conferencia intergubernamental (IGC5) programada para el 15 al 26 de agosto. El nuevo texto incluye requisitos para:
- Mecanismos de gestión por áreas y áreas marinas protegidas (AMP): El acuerdo para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las áreas situadas fuera de la jurisdicción nacional (AFJN), también conocido como Tratado de Altamar, recibió un amplio y honesto apoyo para establecer una red de AMP altamente protegidas y bien gestionadas, para garantizar que el océano continúe ofreciendo los beneficios y recursos de los que tantas personas dependen. Las protecciones del océano se centran en la resiliencia al cambio climático, el mantenimiento de las funciones del ecosistema y la conservación de vida marina y poblaciones de peces saludables. Un puñado de países quería excluir la prohibición de pesca comercial del acuerdo, lo que refleja la continua presión del sector pesquero para debilitar las protecciones. En la próxima ronda de negociaciones, los delegados deben acordar cómo el nuevo organismo del tratado interactuará con otras organizaciones regionales que ya gestionan actividades específicas en altamar, como la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos y organizaciones regionales de ordenamiento pesquero.
- Evaluaciones de impacto ambiental: Los delegados lograron un consenso de que todas las naciones y compañías involucradas deben realizar evaluaciones de impacto ambiental antes de comenzar a realizar actividades con potencial de daño ambiental en altamar, como la minería del fondo marino, la exploración de petróleo y gas o la pesca de arrastre en aguas profundas. Los delegados también acordaron en general cómo los estados deberían modernizar los estándares y procesos para realizar estas evaluaciones. Para finalizar el tratado, los países deben decidir la función de la revisión científica internacional de las evaluaciones de impacto ambiental y también cómo garantizar que los países puedan trabajar de forma competente y colaborativa para evitar las actividades humanas que puedan dañar la vida marina de altamar.
- Creación de capacidad y la transferencia de tecnología marina: Los estados reconocieron en general que los países en desarrollo requerirán recursos adicionales, competencias y experiencia, como acceso a los últimos datos científicos y mejores equipos para supervisar y controlar las AMP, para cumplir correctamente con los objetivos del tratado. Para concluir con las negociaciones, los delegados primero deben aclarar los tipos de apoyos (financieros, tecnológicos o científicos, por ejemplo) que son necesarios para que las naciones menos desarrolladas puedan garantizar una conservación eficiente de altamar. Hacerlo no solo beneficia a los países que reciben ese apoyo, sino que también fortalece las iniciativas de la comunidad global para cumplir con los compromisos internacionales y alcanzar los objetivos globales de conservación del océano, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y la protección de, al menos, el 30 % del océano para 2030.
- Recursos genéticos marinos: A diferencia de las rondas anteriores de negociaciones, los delegados en IGC4 lograron un progreso con respecto a cómo las naciones, el sector privado y demás compartirían los beneficios derivados de la explotación de los recursos genéticos marinos, específicamente, el material de plantas, animales y otros organismos del océano que podrían tener un valor comercial o científico. Los delegados todavía deben llegar a un acuerdo sobre cómo lograr eso equitativamente, sobre los tipos de beneficios a compartir (monetarios o no monetarios) y si las políticas serán voluntarias u obligatorias. Garantizar que los beneficios se distribuyan equitativamente ayudaría a acelerar la comprensión científica y permitir que todas las naciones respondan con más rapidez y eficacia a las amenazas que enfrentan nuestros océanos y nuestro planeta.
En agosto, cuando se realice la ronda final de negociaciones en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, los delegados deben desarrollar esta alentadora base y acordar un tratado de altamar ambicioso que guiará la conservación efectiva y el uso sostenible de recursos compartidos del océano y garantizará que los potenciales beneficios se compartan equitativamente para las futuras generaciones.
Liz Karan lidera el proyecto de protección de la vida oceánica en altamar de The Pew Charitable Trusts.