7 razones de peso para frenar la contaminación por microplásticos

Se acerca el objetivo de la Unión Europea de reducir un 30 % la contaminación por microplásticos en 2030 y es necesario actuar con urgencia

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7 razones de peso para frenar la contaminación por microplásticos

La magnitud de la contaminación provocada por los plásticos a escala global va a más. Una de las causas que suele pasarse por alto son los microplásticos. Los microplásticos, entendidos como trozos de plástico de una longitud inferior a 5 mm, ya están presentes en el aire que respiramos, en el suelo y en el agua. Están presentes no solo en las zonas más remotas del mundo, sino también en el torrente sanguíneo de las personas. La Unión Europea ha adoptado el compromiso de reducir la contaminación por microplásticos un 30 % en 2030, pero tiene una ingente tarea por delante si quiere cumplir estos objetivos.

A continuación, enumeramos siete razones que obligan a los responsables políticos, y no solo de la Unión Europea, a evitar con urgencia la contaminación por microplásticos:

1. El problema no va a hacer sino aumentar.

Si no se toman medidas, las previsiones indican que la presencia de microplásticos en el océano y en otros cursos fluviales se doblará con creces en todo el mundo en los próximos 20 años (tomando como referencia el año 2016).

2. Las personas y el planeta se beneficiarán.

Los microplásticos no solo pueden acabar en el aire y en la cadena alimentaria, sino que incluso pueden ser inhalados o consumidos por las personas. Diversos estudios han demostrado que los microplásticos y los productos químicos tóxicos que contienen afectan al crecimiento, a la salud y a la supervivencia de una gran variedad de animales y plantas. Las partículas fruto del desgaste de los neumáticos también son una fuente importante de contaminación atmosférica: se calcula que, en 2050, casi el 90 % de las emisiones de partículas provocadas por el transporte por carretera en Europa procederán de fuentes no relacionadas con los gases del tubo de escape, como neumáticos y frenos.

3. Vale más prevenir que curar.

Una vez liberados en el medioambiente, los microplásticos son prácticamente imposibles de eliminar. La forma más rentable y viable de frenar las emisiones es abordarlas en su origen. Cinco Estados miembros de la UE han exigido medidas cautelares y ambiciosas sobre los microplásticos que «deben adoptarse en las primeras fases del ciclo de vida».

4. La UE no puede alcanzar su objetivo en 2030 sin ocuparse de las principales fuentes de microplásticos.

La pintura, los neumáticos, los pélets y los textiles son las principales fuentes de microplásticos y los causantes de aproximadamente una cuarta parte de la contaminación por plásticos en todo el mundo. La UE será incapaz de cumplir su compromiso de reducir en 2030 un 30 % la contaminación por microplásticos si no se ocupa primero de estas fuentes.

5. Hay soluciones, pero se necesitan nuevas leyes para acelerar el progreso.

Hoy día existen neumáticos y textiles con índices de abrasión más bajos. Además, contamos ya con mejores prácticas diseñadas para reducir la pérdida de pélets.

6. Los consumidores ya están tomando medidas para frenar la contaminación por plásticos.

Gracias a las directivas de la UE sobre plásticos de un solo uso y bolsas de plástico, el consumo de productos como envases de alimentos, bolsas de plástico y bastoncillos de algodón va camino de reducirse. Ahora es la industria la que debe actuar.

7. La industria y los Gobiernos tienen el poder y la responsabilidad de arreglar este problema.

Mejorar el diseño de los productos y la fabricación, así como la introducción de medidas de prevención de pérdida de pélets en toda la cadena de suministro, contribuirían a frenar las emisiones de microplásticos procedentes de tres fuentes principales. Por eso, los Gobiernos tienen que apostar por políticas que obliguen a la industria a ejecutar estos cambios.

Dado el impacto generalizado que los microplásticos provocan tanto en el medioambiente como en la salud humana (además de las previsiones de crecimiento), es muy importante que los responsables políticos tomen medidas, y no solo en la UE sino a nivel global. Si quieren cumplir los ambiciosos objetivos de la UE en materia de reducción de cara al 2030, los responsables políticos deben adoptar rápidamente soluciones ya conocidas para las principales fuentes de contaminación por microplásticos (pintura, neumáticos, pélets y textiles, entre otros) y estimular la actuación de todas las partes interesadas.

Isabel Jarrett es directora sénior y Sarah Baulch es responsable del proyecto de The Pew Charitable Trusts que estudia cómo evitar la presencia de plásticos en los océanos.