El Consejo de la Unión Europea da un paso vital para frenar la contaminación por pélets de plástico
El acuerdo sienta las bases para las negociaciones a tres bandas sobre una legislación que sea beneficiosa para la naturaleza y para las comunidades.
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Esta semana se ha avanzado en el intento por conseguir la primera política regional del mundo para frenar una de las principales fuentes de contaminación por microplásticos en Europa, ya que el Consejo de la UE ha establecido su posición sobre una importante nueva normativa para hacer frente a los pélets de plástico.
También conocidos como microplásticos primarios o lágrimas de sirena, los pélets de plástico son diminutos gránulos que se usan para fabricar prácticamente todos los productos de plástico. Por desgracia, los pélets son también la tercera mayor fuente de contaminación por microplásticos en Europa y plantean riesgos significativos para los ecosistemas, la fauna y las comunidades. Se calcula que cada año se vierten 184.000 toneladas en el medioambiente europeo, tanto en zonas costeras como interiores. Cuando se ingieren, los microplásticos pueden afectar a la reproducción, el crecimiento y la supervivencia de una serie de organismos acuáticos como el zooplancton, los crustáceos, los peces, las aves marinas y los corales. En un estudio sobre petreles, una especie de ave marina, en el Mar del Norte, los investigadores descubrieron que el 92 % de las aves habían ingerido plástico, incluidos pélets, con un promedio de 21 partículas por ave. Además de daños físicos, estos fragmentos de plástico también pueden causar daños toxicológicos, ya que actúan como una esponja que absorbe y libera sustancias químicas tóxicas. Sin embargo, a pesar de las crecientes pruebas de la amenaza que supone la contaminación por microplásticos, los responsables políticos suelen pasar por alto este problema generalizado.
En una reunión celebrada esta semana, los representantes de los 27 Estados miembros de la UE ultimaron la posición del Consejo sobre esta legislación histórica, que se propuso en 2023 y ahora se acerca a las fases finales del proceso de elaboración de políticas europeas.
Los debates permitieron avanzar en varios frentes, entre ellos la modificación de la legislación propuesta para incluir obligaciones específicas para los buques marítimos que transportan pélets de plástico, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Marítima Internacional. Esto representa un avance significativo, teniendo en cuenta el papel de Europa en la cadena mundial de suministro de plásticos y los dramáticos efectos de los vertidos marítimos en los ecosistemas. Sin embargo, la legislación incluye medidas limitadas para el sector marítimo que se centran únicamente en acciones preventivas, como el embalaje y la estiba. A medida que la legislación avanza en su fase final, los responsables políticos deberían reforzarlas haciendo que fueran obligatorias para los agentes marítimos las disposiciones sobre notificación, certificación por terceros, planes de gestión de riesgos y requisitos de contención y limpieza. Es necesario que exista un marco coherente de obligaciones para todos los agentes implicados en el transporte de pélets de plástico para garantizar la igualdad de condiciones.
Sigue habiendo dudas sobre otras disposiciones clave del texto, como la forma en que las autoridades deben evaluar a los agentes o si las empresas que manipulan un determinado volumen de pélets deben estar sometidas a normas más estrictas que otras. Por ejemplo, el Consejo acordó que solo los operadores que manipulen más de 1.000 toneladas de pélets de plástico al año deberán someterse a una certificación independiente por parte de terceros, realizar revisiones anuales de sus planes internos de evaluación de riesgos o establecer programas de formación.
Una disposición de este tipo socavaría gravemente la eficacia del reglamento. Cada tonelada contiene unos 50 millones de pélets individuales y, una vez liberados en el medioambiente, cualquier volumen de estos microplásticos es casi imposible de limpiar. Los responsables políticos de la UE deben hacer más para evitar que la carga de esta contaminación recaiga desproporcionadamente en las comunidades locales, sea cual sea su origen.
La necesidad urgente de adoptar estas medidas se ve subrayada por los recientes vertidos de pélets en Galicia (España), Bretaña (Francia) y el Mar del Norte, así como la contaminación crónica cerca de los centros de producción de Bríndisi (Italia) y Écaussinnes (Bélgica). En estos lugares, la contaminación por pélets ha devastado los hábitats marinos y terrestres, ha perturbado los ecosistemas y ha sobrecargado a las comunidades locales con responsabilidades de limpieza.
Ahora que la legislación pasa a las negociaciones a tres bandas, en las que el Consejo, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea conciliarán las diferencias en sus posiciones para alcanzar un acuerdo, Pew insta a los responsables políticos de la UE a aprovechar esta oportunidad para reforzar el proyecto legislativo. En concreto, todas las empresas, independientemente de su tamaño o del volumen de pélets que manipulen, deberían cumplir normas estrictas que eviten la contaminación. Esto debería incluir la eliminación del umbral de 1.000 toneladas para garantizar que la UE pueda cumplir el objetivo del Plan de Acción Contaminación Cero de 2021 de reducir la contaminación por microplásticos en un 30 % para 2030. Los operadores de transporte marítimo deberían tener requisitos obligatorios de contención y limpieza, y las normas deberían racionalizar la verificación del cumplimiento en un marco eficaz que ayude a minimizar las lagunas de la legislación y facilite la aplicación en toda la cadena de suministro en todos los Estados miembros de la UE.
Un marco integral y armonizado es esencial para abordar la contaminación por pélets de plástico en su origen y para proteger los ecosistemas y las comunidades. Esta iniciativa legislativa tiene el potencial de consolidar a la Unión Europea como líder mundial en legislación medioambiental ambiciosa contra la contaminación por microplásticos.
Selene Álvarez Peña es asociada sénior y Natacha Tullis es responsable del proyecto de prevención de plásticos oceánicos de The Pew Charitable Trusts.