En las costas de Honduras, la clave del éxito de la conservación
Con el apoyo de Pew, el país mejora la gestión de los manglares y los pastos marinos en beneficio de la naturaleza y las personas.
Con más de 600 millas de costa en el Caribe y el Pacífico, Honduras alberga abundantes manglares y pastos marinos, dos tipos de humedales costeros que aportan enormes beneficios a la naturaleza, la fauna y las personas.
Muchas de estas zonas son también lugares de proyectos de conservación e investigación, que actualmente aportan datos valiosos que podrían ayudar al gobierno a contrarrestar los efectos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Pero Honduras carece de un organismo centralizado u otra entidad que albergue y analice esta información clave.
Para ayudar a resolverlo, The Pew Charitable Trusts se ha asociado con el Centro de Estudios Marinos, una ONG hondureña de conservación marina, con el fin de mejorar la coordinación a nivel nacional en apoyo a la conservación de los humedales costeros del país.
Esta asociación forma parte de una estrategia mucho más amplia: En todo el mundo, el proyecto de Pew para el avance de la conservación de los humedales costeros trabaja con los países para incluir los ecosistemas de manglares, pastos marinos y marismas saladas en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) al Acuerdo de París, el histórico acuerdo climático de 2015 acordado en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Los humedales costeros capturan y almacenan enormes cantidades de carbono y, cuando están sanos, pueden ayudar a los países a combatir los efectos de un clima cambiante. Dicho esto, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es la vía más clara y eficaz para limitar el cambio climático, pero la protección de los humedales costeros y otras soluciones basadas en la naturaleza pueden ayudar.
Pew apoya los esfuerzos de las NDC con política técnica y ciencia, cuando es necesario, y trabaja para garantizar la transparencia y la alineación con los objetivos nacionales en nuestros países socios.
En Honduras, existen dos organismos nacionales que resultan clave en este esfuerzo:
- La Mesa Nacional de Monitoreo Biológico, a la que se le encomienda mediante un acuerdo de 2018 la realización de acciones a nivel nacional para la gestión del conocimiento sobre los recursos medioambientales.
- El Comité Técnico Nacional de Humedales, que se creó a partir de un acuerdo de 2016 para apoyar la implementación de la Política Nacional de Humedales de Honduras y promover la conservación y gestión de los humedales.
Un aspecto central del mandato del Comité Técnico de Humedales son los extensos ecosistemas de humedales costeros del país, que abarcan 12.300 kilómetros cuadrados, suficientes para cubrir 2,5 millones de campos de fútbol.
Los ecosistemas de manglares de Honduras proporcionan un hábitat clave para muchas especies marinas y terrestres de ambas costas. Aunque se desconoce la extensión exacta de los pastos marinos en el país, los manglares y los pastos marinos de Honduras no sólo contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático global mediante la captura y el almacenamiento de carbono en sus estructuras vegetales y suelos, sino que también proporcionan beneficios esenciales para la adaptación al clima y la resiliencia de los habitantes del país por medio de la protección y la estabilización de las costas.
A pesar de la importancia de los dos organismos nacionales en Honduras, ambos fueron desactivados y reactivados en los últimos años debido a regulaciones inconclusas, así como a la falta de apoyo financiero autosuficiente para su funcionamiento. Esto significa que los organismos gubernamentales podrían funcionar y llevar a cabo actividades basadas en presupuestos gubernamentales asignados con anterioridad, en lugar de hacerlo a partir de ayudas puntuales por parte de financiadores.
Estos organismos de coordinación deben ser capaces de operar de forma coherente y transparente para establecer objetivos climáticos nacionales ambiciosos, que incluyan la protección de los ecosistemas costeros que mitigan el cambio climático, como los manglares y los pastos marinos. Esto permitiría una coordinación continua entre los departamentos gubernamentales, las universidades académicas y las partes interesadas sin ánimo de lucro, y ayudaría al país a fijar y cumplir objetivos climáticos ambiciosos.
Por ejemplo, la Mesa Nacional de Monitoreo Biológico se reunió en octubre para iniciar un proceso de tres meses destinado a desarrollar principios rectores sostenibles y de largo plazo para la mesa.
Contar con mandatos y principios rectores claros para la Mesa Nacional de Monitoreo Biológico y el Comité Técnico de Humedales es fundamental porque de esta manera se ayudaría a realizar lo siguiente:
- Desarrollar una comprensión compartida y completa de los datos existentes y, a su vez, informar el desarrollo de objetivos de conservación a nivel nacional (así como realizar un seguimiento de los avances hacia estos objetivos).
- Proporcionar una plataforma para la coordinación entre los organismos gubernamentales que necesitarán diversas fuentes de datos para informar a los convenios internacionales (como la CMNUCC, el Convenio sobre la Diversidad Biológica y Ramsar, el convenio internacional sobre humedales) y para garantizar la alineación en esta presentación de informes.
- Realizar un seguimiento de los proyectos de investigación actuales y propuestos, que alimentarán los bancos de datos existentes (especialmente para manglares y pastos marinos), y garantizar que la metodología científica sea coherente con las normas nacionales.
- Garantizar la estabilidad a largo plazo de los organismos nacionales, lo que reducirá la pérdida de conocimiento institucional y permitirá un apoyo constante durante las diferentes gestiones presidenciales.
La Mesa de Monitoreo Biológico está examinando al mismo tiempo propuestas para determinar por primera vez metodologías nacionales de monitoreo de manglares y pastos marinos. Establecer métodos nacionales normalizados mejoraría la coordinación entre proyectos y facilitaría la aplicación de los resultados y datos de la investigación a los objetivos nacionales. Es este vínculo clave entre ciencia y política el que permitirá desarrollar objetivos climáticos ambiciosos para las convenciones internacionales.
Los anuncios de objetivos y resultados de conservación que marquen un parámetro aparecen en los titulares con mucha más frecuencia que los esfuerzos por mejorar la coordinación interinstitucional para elaborar e implementar políticas. Pero es importante hacer hincapié en el trabajo que Honduras lleva a cabo en la actualidad (y la importancia de mantenerlo en el futuro), ya que probablemente será crucial para que el país desarrolle y cumpla objetivos climáticos significativos para los humedales costeros en 2025 y en el futuro.
Kate Meyer trabaja en el proyecto de The Pew Charitable Trusts para la conservación de humedales costeros.