Los montes submarinos, esenciales para la vida marina en todo el mundo, merecen mayor protección
Las montañas submarinas, en donde las especies se alimentan, se reproducen y cuidan a sus crías, enfrentan amenazas cada vez mayores.
Los montes submarinos son grandes montañas situadas debajo del agua que se elevan a cientos, o incluso a miles, de pies sobre el lecho marino. Su formación a menudo se debe a la actividad volcánica y se los encuentra en cada cuenca oceánica del planeta. Proporcionan un hábitat esencial para diversas formas de vida oceánica, como corales, moluscos, crustáceos, peces y mamíferos marinos. Estas formaciones geológicas atraen a numerosas especies migratorias y de gran movilidad, como atunes, tortugas marinas, tiburones y ballenas. Sin embargo, a pesar de su abundancia, se ha explorado menos del 0,1 % de los montes submarinos del mundo.
Los montes submarinos están repletos de vida marina
Los montes submarinos tienen laderas empinadas que orientan las corrientes oceánicas para formar patrones complejos. Esto da lugar a surgencias de nutrientes, como nitratos y fosfatos, que ayudan a estimular el crecimiento del fitoplancton y abastecen de alimento a infinidad de especies. Además, estas corrientes eliminan los residuos y reducen la acumulación de sedimento en los montes submarinos, lo que promueve un hábitat ideal para las comunidades de esponjas y corales de agua fría, que a su vez ofrecen hábitats para una amplia variedad de formas de vida. No es de extrañar que los montes submarinos tengan valor cultural para muchas comunidades insulares y para los pescadores artesanales que dependen de estas zonas de pesca productivas.
Los expertos especulan que los montes submarinos, debido a su aislamiento, presentan altos niveles de endemismo biológico; es decir, especies que no se encuentran en ningún otro lugar. Los investigadores calculan que los montes submarinos albergan entre un 15 % y un 35 % de todas las especies endémicas y que son sitios particularmente importantes para la fauna abisal. Los expertos también han formulado teorías según las cuales las numerosas especies de gran movilidad que resultan atraídas hacia los montes submarinos los visitan para alimentarse, reproducirse, cuidar a sus crías, descansar o buscar refugio de predadores. Asimismo, los investigadores creen que las especies de ballenas y tiburones emplean las firmas geomagnéticas singulares de los montes submarinos —creadas a medida que se solidifica la roca volcánica, lo que encierra el campo magnético de ese momento— para ayudarse a navegar en mar abierto.
Los montes submarinos están amenazados por la actividad humana
Los montes submarinos enfrentan amenazas cada vez mayores debido a la pesca a gran escala, la minería de los fondos marinos y el cambio climático. Especies de gran movilidad como los atunes forman bancos de mayor tamaño en torno a los picos de los montes submarinos en el mar abierto, lo que atrae buques de pesca industrial. Además, los montes submarinos son particularmente vulnerables al arrastre de fondo, un método de pesca que barre de manera indiscriminada el lecho marino y destruye gran parte de las formas de vida que lo habitan, incluidos ecosistemas que no se encuentran en ningún otro sitio.
Algunos montes submarinos también están cubiertos de minerales valiosos, como níquel, cobre y cobalto, lo que ha suscitado el interés industrial. La minería en los montes submarinos, o cerca de ellos, podría destruirlos, lo que significaría el fin de la vida marina en las inmediaciones y la eliminación del lecho marino rico en metales que muchos organismos marinos necesitan para sobrevivir. Asimismo, las columnas de sedimento relacionado con la actividad minera pueden extinguir la vida más allá de las zonas mineras.
Según se demostró en algunos estudios, muchas de las especies que se hallan en los montes submarinos son extremadamente susceptibles a cambios en la química oceánica y, quizás, a variaciones de temperatura. Por ejemplo, la mayor concentración de dióxido de carbono producto del cambio climático tiene como resultado la acidificación del océano, que disminuye el crecimiento y la integridad estructural de los corales.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, muchas especies que habitan los montes submarinos crecen lentamente y tardan años en alcanzar la edad reproductiva, lo que las torna particularmente vulnerables a la sobreexplotación y a la degradación de sus hábitats. Por ejemplo, las especies de corales y esponjas que viven en los montes submarinos a menudo alcanzan miles de años de edad y se encuentran entre las criaturas más viejas conocidas del planeta. Estos ecosistemas necesitarán entre décadas y miles de años (o más) para recuperarse de los daños o de la destrucción, según la gravedad del impacto.
Los montes submarinos necesitan mayor protección
A medida que los investigadores descubren información más convincente sobre la importancia biológica de los montes submarinos, las autoridades responsables de formular políticas asumen un compromiso cada vez mayor para conservar estas formaciones geológicas singulares. En 2016, el presidente Barack Obama amplió el monumento marino nacional de Papahānaumokuākea al noroeste de las Islas de Hawái, y así creó lo que en ese momento era el área protegida más grande del mundo. Esta decisión honró la importancia espiritual y ancestral de la zona para los nativos hawaianos y ayudó a proteger los corales, las esponjas y demás formas de vida marina que habitan los montes submarinos en esas aguas. Del mismo modo, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto designó el Parque Nacional Archipiélago de Revillagigedo en 2017, lo que permitió que la cadena volcánica de islas y montes submarinos quedara protegida por completo de la pesca y otras actividades extractivas.
Los montes submarinos tienen una función esencial —aunque solo parcialmente comprendida— en los ecosistemas marinos de todo el mundo. Sin embargo, la inmensa mayoría de estos puntos críticos para la biodiversidad aún siguen inexplorados y sin protección. Dado el incremento de las amenazas para estos hábitats excepcionales, más Gobiernos deberían avanzar para proteger los montes submarinos. Las áreas marinas protegidas y otras medidas de conservación eficaces podrían ayudar a aislar los montes submarinos para impedir que continúe su destrucción, proteger el sustento y la cultura de las comunidades costeras que dependen de ellos, y preservar sus beneficios para la biodiversidad y la salud oceánica para las futuras generaciones.
Ashleigh Cirilla es administradora sénior y Rebecca Jablonski-Diehl, administradora asociada. Ambas trabajan en el proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli. Diva Amon es bióloga marina especializada en vida abisal, fundadora de SpeSeas y embajadora del océano de Pew Bertarelli.