Estudios de casos demuestran que la reforma de las subvenciones a la pesca podría reducir la sobrepesca y la pesca ilegal
Las nuevas normas de la Organización Mundial del Comercio beneficiarían al océano, las flotas locales y las comunidades costeras
La sobrepesca es una de las mayores amenazas para la salud de los océanos; sin embargo, durante décadas, muchos Gobiernos han pagado subvenciones a sus flotas pesqueras, ayudándolas a pescar más allá de niveles biológicamente sostenibles. Es hora de poner fin a estas subvenciones tan perjudiciales que, en algunos casos, incluso sirven para apoyar las actividades pesqueras ilegales. Ahora, nuevos estudios de casos afirman que las medidas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para eliminar esos pagos nocivos podrían ayudar a los pescadores locales y, a la vez, aumentar la captura mundial.
No todas las subvenciones a la pesca son dañinas. Algunas de ellas, por ejemplo, podrían ayudar a los pescadores artesanales a sobrevivir durante una temporada de carestía; en esos casos, los pagos deberían mantenerse. Pero, según los estudios, los Gobiernos actualmente gastan $22 200 millones anuales en pagos que fomentan la sobrepesca. Estas subvenciones, otorgadas para compensar los costos de combustible de los buques, las mejoras, las renovaciones portuarias y otros gastos similares, les permiten a las flotas mayormente industriales pescar en zonas más alejadas de la costa y durante períodos más prolongados de lo que lo harían sin tal asistencia. Según un estudio de junio de 2018, sin subvenciones gubernamentales, el 54 % de los caladeros o zonas de pesca de altamar no serían rentables.
Afortunadamente, la comunidad global ha reconocido este problema y la necesidad de abordarlo: el Objetivo 14 (Meta 6) para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, acordado por los Gobiernos miembros de la ONU en 2015, encomienda a la OMC la confección de un acuerdo para finalizar las subvenciones dañinas a la pesca. Los miembros de la OMC planeaban reunirse para ultimar la celebración de este acuerdo en el mes de junio, pero debieron posponer la conferencia a causa del COVID-19.
Los nuevos casos de estudio ofrecen la primera evidencia práctica que refleja cómo la reducción de la sobrepesca fomentada por las subvenciones podría mejorar la sustentabilidad de las pesquerías y beneficiar a los pescadores locales, sus familias y sus comunidades.
Para llevar a cabo estos estudios, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible contrató a investigadores para examinar los niveles de explotación de las poblaciones de peces, los regímenes de gobernanza, las ganancias de las descargas, los ingresos provenientes de las subvenciones y los costos operativos de tres pesquerías: la de camarones en América Latina, la de sardinela en África Occidental y la de atún de palangre austral en el océano Pacífico. Luego, se les solicitó a los investigadores que estudiaran los impactos económicos de las posibles disciplinas de la OMC, así como las opciones disponibles para la gestión de esos impactos.
En términos generales, los estudios revelaron que la reforma de las subvenciones dañinas a la pesca podría traer aparejados rendimientos superiores para los pescadores locales, lo cual, además, podría redundar en una mayor estabilidad laboral, un aumento en los ingresos de los pescadores, la reducción de la pobreza y la mejora de la seguridad alimentaria en las comunidades locales.
Con frecuencia, la generación de informes incompletos o imprecisos les permite a los Gobiernos ocultar la naturaleza de sus programas de subvenciones y, de esta forma, dificultar la evaluación de sus verdaderos impactos. Pero si los Gobiernos se comprometieran a trabajar con una mayor transparencia y a elevar a la OMC notificaciones más exhaustivas con relación a sus programas de subvenciones, los analistas y los observadores podrían adquirir un conocimiento mucho más acabado de los efectos potenciales de cualquier nueva política.
A continuación, se enuncian algunos de los hallazgos específicos obtenidos a partir de los estudios de casos.
En las pesquerías de camarones de América Latina:
- La pesca de camarones en el Pacífico Oriental tropical genera aproximadamente $194 millones por año y sustenta, por lo menos, 140 000 empleos en los sectores artesanal, industrial y de procesamiento.
- Las tendencias de captura regionales ponen de manifiesto la sobrepesca, y varias flotas evidencian un exceso de capital, en parte debido a la existencia de subvenciones que aumentan su capacidad.
- Los cálculos sugieren que, a pesar de que las pesquerías artesanales generan la mayor parte del empleo, las flotas industriales reciben aproximadamente el 78 % del dinero subvencionado.
Conclusión central: Las disciplinas de la OMC podrían ayudar a las pesquerías artesanales a competir con los buques industriales, ya que estos, sin las subvenciones, podrían perder su rentabilidad. Las subvenciones destinadas al combustible y el mantenimiento de los buques representaron entre el 20 y el 50 % de los ingresos para los buques industriales de México y Nicaragua, por ejemplo.
En las pesquerías de sardinela de África Occidental:
- Según los cálculos, la captura anual proveniente de los sectores artesanal e industrial ascendió a más de 700 000 toneladas en 2014.
- Las descargas portuarias alcanzaron un valor de casi $300 millones en 2014, representado por $160 millones generados por el sector artesanal y $137 millones generados por el sector industrial.
- En 2014, se estima que se crearon 160 000 empleos en la región de África Occidental (17 500 en el sector artesanal; 1700 en el sector industrial; y 145 000 en actividades relacionadas con la pesca, en especial, actividades de procesamiento posteriores a la captura).
- El aumento constante de la capacidad pesquera, promovido por las subvenciones dañinas a la pesca y la ordenación ineficaz, ha impulsado la sobrepesca de las poblaciones de sardinela desde 2006.
- La mayoría de las actividades pesqueras industriales y artesanales dirigidas a la sardinela se tornarían económicamente inviables sin las subvenciones.
Conclusión central: Las disciplinas de la OMC podrían limitar las subvenciones nocivas que contribuyen al exceso de capacidad y la sobrepesca de la sardinela en ambos sectores. Estas subvenciones cubren los costos del combustible, ciertos costos de capital y el acceso a las aguas de otros países y, al mismo tiempo, contribuyen a permitir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), mayormente ejecutada por buques extranjeros. Algunos estudios previos han estimado que los pescadores de África Occidental pierden hasta $2300 millones de ingresos anuales como consecuencia de la pesca INDNR que se desarrolla en la región.
En las pesquerías de atún de palangre del Pacífico central y occidental:
- Las poblaciones de atún blanco, atún de aleta amarilla y patudo se mantienen biológicamente saludables, pero la pesquería está sometida a sobreexplotación económica, una realidad que se evidencia en la merma de la cantidad de peces que los buques logran capturar con el mismo nivel de esfuerzo.
- Las capturas del atún blanco del Pacífico Sur llegaron a casi 93 000 toneladas en 2017, y su valor fue de aproximadamente $268 millones.
- La pesquería de palangre austral cuenta con alrededor de 290 buques, la mitad de los cuales enarbolan pabellones de China o Taiwán, provincia de China.
- Los investigadores estiman que los ingresos provenientes de las capturas de los buques con pabellón chino y taiwanés no son lo suficientemente elevados como para cubrir los costos operativos; por ende, todo parece indicar que sus actividades no podrían continuar sin las subvenciones.
Conclusión central: Si bien el impacto de las disciplinas de la OMC probablemente no sería el mismo en los distintos sectores de la pesquería, la interrupción de las subvenciones que favorecen la sobrepesca y el exceso de capacidad podría reducir el esfuerzo pesquero general y permitirles a los países insulares del Pacífico mejorar el desarrollo de sus industrias pesqueras nacionales.
Los miembros de la OMC aún tienen la oportunidad de alcanzar un acuerdo comercial que podría conllevar beneficios sin precedentes para el océano. Aunque las nuevas medidas de la OMC podrían demandar algunos períodos de transición para que los pescadores vulnerables puedan mitigar los potenciales impactos inmediatos de la eliminación de las subvenciones, las prohibiciones significativas de estos pagos, acompañadas por una ordenación más eficaz de las pesquerías a nivel nacional, podrían mejorar las condiciones económicas y ambientales de las pesquerías en todo el mundo.
Los nuevos estudios de casos demuestran que la reforma de las subvenciones podría mejorar la salud de los océanos y ayudar a las flotas pesqueras a operar en forma sostenible en el futuro lejano.
Isabel Jarrett es administradora, y Reyna Gilbert, asociada sénior, del proyecto de The Pew Charitable Trusts para reducir las subvenciones dañinas a la pesca.