Con cada vez más amenazas a la naturaleza, aumenta la necesidad de una acción gubernamental
En el Día Internacional de la Biodiversidad, la necesidad de tomar acción es clara
No podemos vivir sin la naturaleza. Dependemos de ella para respirar aire de calidad, para beber agua y para cultivar buenos alimentos; es la fuente de muchos de nuestros medicamentos y es la encargada de regular el clima. Pero la naturaleza está en problemas.
Según la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), en los últimos 50 años, la población humana se ha duplicado y, como consecuencia de esto, se ha intensificado la demanda de energía y recursos naturales. Para satisfacer esa demanda, los humanos han alterado gravemente los entornos terrestres, marinos y de agua dulce, y han puesto en riesgo a las poblaciones de especies. Sin embargo, estamos a tiempo de corregir el rumbo.
Para ayudar a las especies marinas, el informe de la IPBES recomienda distintas acciones, que incluyen, entre otras, el manejo de pesquerías basado en ecosistemas; la reducción de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada; la mitigación de la contaminación por escorrentías, que crea “zonas marinas muertas”; el manejo eficaz de los residuos, para evitar que los plásticos lleguen al océano o para reducir esta incidencia, y la ampliación y mejora de las áreas marinas y costeras protegidas que ya han sido implementadas.
El informe —y la gran cantidad de estudios científicos que lo respaldan— deja en evidencia que abordar la conservación con el mismo enfoque que se viene empleando no es una opción viable. Por fortuna, los líderes del mundo están comenzando a reconocer que lograr y preservar un planeta saludable depende de que podamos mantener grandes secciones de la Tierra en un estado natural de áreas protegidas y conservadas interconectadas. Los gobiernos están empezando a actuar: Bélgica, Chile, Costa Rica, Palaos, Portugal, el Reino Unido y Seychelles se han comprometido a proteger y conservar, como mínimo, el 30 % del océano para el año 2030. Esto se debe transformar en un objetivo global, y los 196 Estados miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas deben adoptar compromisos para tal fin cuando se reúnan en China en el otoño boreal de 2020 para establecer sus objetivos en relación con la biodiversidad.
Para ayudar a establecer bases para la reunión del 2020, una coalición se reunió el pasado abril en Montreal para trazar el camino de un ambicioso nuevo plan para salvar a la naturaleza. Ministros de Medioambiente, líderes de comunidades indígenas, representantes de empresas y directores de importantes organizaciones ambientales sin fines de lucro formaron parte de esta coalición, autodenominada “Campeones de la naturaleza”.
Ignorar los datos es inútil. Y, si bien es verdad que es una carrera contra el reloj, con acciones contundentes, ambiciosas y persistentes impulsadas por los gobiernos, la especie responsable de este problema puede ayudar a salvar a muchas otras de un futuro oscuro.
Masha Kalinina se desempeña como oficial de la iniciativa de The Pew Charitable Trusts para la protección de la vida oceánica en altamar.