Cambio de rumbo
Acabar con la sobrepesca en las aguas noroccidentales de Europa
Las aguas noroccidentales de Europa, que abarcan el mar del Norte, el mar de Irlanda y el mar Céltico, así como el océano Atlántico al oeste de Escocia e Irlanda, cuentan con una rica y variada mezcla de hábitats y especies de fauna y flora salvajes que ha dado forma a las diferentes culturas de sus costas. Durante milenios, la abundancia natural de esas aguas ha estimulado el desarrollo de comunidades costeras y ha hecho posible la expansión de las pesquerías en busca de alimento y de beneficios. Cambio de rumbo describe la riqueza histórica y la diversidad de las aguas noroccidentales de Europa, cómo esos rasgos estimularon el desarrollo de las costas, los efectos de la pesca excesiva y el papel de la gestión pesquera de la Unión Europea.
El informe detalla cómo, durante décadas, la sobrepesca ha tenido graves consecuencias en toda la región:
- En el mar del Norte, el primer colapso de las poblaciones de arenque tuvo lugar en 1955. Desde 2008, la pesquería está sometida a un plan de gestión acordado por la UE y Noruega.
- En el mar de Irlanda, el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) ha recomendado desde 2004 cero capturas de bacalao.
- En el mar Céltico, la presión pesquera ha transformado radicalmente la composición del ecosistema marino. Por ejemplo, estas aguas han experimentado declives importantes en las poblaciones de peces de gran tamaño como el bacalao y el rape, y aumentos en especies de peces más pequeñas como la bacaladilla, el gallo del norte y el merlán.
- Al oeste de Escocia e Irlanda, la población de bacaladilla era la más abundante del Atlántico nororiental en 2003, pero en 2011 había caído hasta tal punto que los científicos recomendaban una cuota cero de capturas para ese año.
- En el año 2000, con apoyo de las subvenciones, comenzó una pesquería irlandesa para capturar reloj anaranjado, en 2002 alcanzó su máximo apogeo y en el año 2009 ya se había terminado.
En 1949, un gran número de arrastreros tenía su base en el puerto de Grimsby, en el Reino Unido; en 2013 solo quedaban cinco.
En 2008, la Comisión Europea publicó una “Revisión intermedia de la Política Pesquera Común” que criticaba duramente esta política, su estructura y su puesta en práctica, lo cual desencadenó el inicio de un proceso que culminó con una reforma sustancial de la PPC que entró en vigor en enero de 2014. La nueva PPC exige que los Estados miembros de la Unión Europea acaben con la sobrepesca, si ello es posible, en 2015 y a más tardar en 2020; esto es con el fin de ayudar a restablecer las poblaciones de peces hasta niveles sostenibles.
Si se ponen en práctica correctamente, estas medidas podrían transformar de forma radical la pesca comercial en la región, permitir el restablecimiento de las poblaciones de peces objeto de sobrepesca y volver a llenar de vida los mares noroccidentales de Europa. Sin embargo, en diciembre de 2014, los ministros de Pesca de la UE acordaron establecer límites de capturas en la región para el año 2015 que, en la mayoría de los casos, superaron aquellos recomendados por los científicos, continuando así con una historia de 30 años de sobrepesca.
Años de esfuerzos conjuntos por parte de la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo, combinados con una presión generalizada de la sociedad civil, se tradujeron en una PPC reformada. Esta política sólo tendrá éxito si los encargados de aplicarla cumplen sus objetivos y el público continúa presionando a los responsables políticos para que garanticen que la ley funciona en la práctica tal y como estaba previsto. Eso permitiría el restablecimiento de las poblaciones de peces y conduciría a una pesca estable y sostenible en una región con una vida marina abundante y unas comunidades prósperas.
LAS AGUAS NOROCCIDENTALES DE EUROPA
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