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La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) se estableció en 1982 como respuesta directa al rápido crecimiento de la pesquería industrial del kril antártico (Euphausia superba) en el océano Austral. Su misión consiste en proteger, en vez de explotar, la vida en sus aguas. La Comisión utiliza un enfoque de precaución con base científica para el manejo del ecosistema marino.
Si bien otras especies ya han sido sobreexplotadas en el océano Austral, el kril antártico sigue siendo una pieza crítica de la red alimentaria de la región y una fuente de proteína para muchos predadores importantes, incluidos los pingüinos. La reducción de la población de kril, especialmente en áreas puntuales, podría causar un efecto dominó en toda la red alimentaria antártica y provocar desequilibrios en relaciones importantes entre predador y presa.
Según los expertos, la disminución de la población de kril causó, desde mediados de la década de 1970 hasta 2007, el declive de un 50 % en las colonias de cría de pingüinos adelia y de barbijo en la región de la península Antártica y el mar de Scotia; el kril conforma el 98 % de la dieta de esas especies1.
En la actualidad, la pesquería de kril se concentra cada vez más alrededor de la península Antártica, la cual representa uno de los lugares del planeta donde el calentamiento ha aumentado de manera muy rápida2. Según los expertos, la pesca y los considerables efectos del cambio climático funcionan conjuntamente como factores que llevan a la merma del kril3. La reducción del hielo marino podría explicar esta disminución, dado que ciertos estudios indican que la cantidad de kril antártico que alcanza la madurez en determinado año está conectada a la cantidad de hielo marino del invierno anterior4.
Existe un alto nivel de superposición entre los caladeros comerciales del kril antártico y las áreas de alimentación de los predadores con base terrestre. Esta superposición crea una competencia con la pesca que, en combinación con el impacto del cambio climático, podría debilitar los ecosistemas y comprometer las condiciones de cría y alimentación de muchas especies del océano Austral.
La CCRVMA ha empleado numerosas medidas de precaución en la península Antártica y en el mar de Scotia para minimizar los posibles efectos negativos, dado el gran nivel de incertidumbre respecto de los impactos de la pesquería de kril.
Por ejemplo, la CCRVMA adoptó límites de captura precautorios, incluyendo un «nivel crítico de activación» (conocido en inglés como «trigger level») que suspende la pesca cuando las embarcaciones llegan a un nivel de captura de 620.000 toneladas métricas en el Área 48 de la CCRVMA.
Aunque, la CCRVMA estableció en 2010 un límite máximo de captura de 5,61 millones de toneladas métricas por año en el Área 48, el nivel crítico de activación se fijó para prevenir que la flota pesquera de kril se concentrara en zonas pequeñas; este límite podría ser ajustado si un sistema de manejo basado en el ecosistema demostrara que esta actividad pesquera concentrada fuera sostenible. En 2009, para aliviar la carga de la pesca sobre las áreas donde los depredadores fundamentalmente se alimentan del kril, la CCRVMA adoptó la Medida de Conservación 51-07, que divide el límite de captura en subáreas alrededor de la península Antártica. Esta medida pone un tope a la pesca en la zona costera conocida como Subárea 48.1, en el 25 % del límite de captura. La pesca concentrada cerca de colonias terrestres de depredadores podría reducir la capacidad de las especies que dependen del kril de encontrar alimento. Esta medida de conservación expirará a finales de 2016, a menos que la CCRVMA la renueve por consenso.
Si la MC 51-07 expirara, los esfuerzos probablemente se concentrarían aún más en algunas de las partes más sensibles del área 48, especialmente en el estrecho de Bransfield (en la Subárea 48.1). Los científicos de la CCRVMA están desarrollando una estrategia de manejo basada en el ecosistema (que la CCRVMA denomina «ordenación interactiva», o FBM, por su sigla en inglés) para las pesquerías de kril. Hasta que completen la labor, han recomendado que la Comisión mantenga los límites de captura por subárea de la Medida de Conservación 51-07 para ayudar a mantener los objetivos de conservación de la CCRVMA5. No existen fundamentos científicos para poner fin a esta medida de conservación.
Aunque las medidas de conservación existentes son un buen punto de inicio, la CCRVMA las concibió como soluciones temporarias, hasta que pudiera recopilar más datos y desarrollar métodos que fundamentaran un mejor modelo de ordenación adaptativo, basado en el ecosistema, para pesquería de kril.
Según el Comité Científico de la CCRVMA, la FBM es «un sistema para ordenar la actividad pesquera del kril, que usa información sobre el estado del ecosistema para modificar los niveles de pesca con el fin de asegurar que se sostenga el estado deseado del ecosistema»6. La FBM depende del seguimiento del estado y la dinámica de características importantes del ecosistema, como poblaciones de predadores y presas. La CCRVMA usa estos datos para aumentar o disminuir los límites de captura anuales en áreas específicas, a los fines de «asegurar que se sostenga un estado deseado del ecosistema». Constituye un sistema flexible que, bien implementado, evalúa un ecosistema en su totalidad para determinar cuánta población de kril puede extraerse antes de que se produzcan efectos negativos.
Los científicos de la CCRVMA reconocen la incertidumbre de identificar relaciones causales entre los efectos del cambio climático, la pesca y los declives poblacionales. Por lo tanto, es importante que la CCRVMA diseñe un plan de FBM que investigue los efectos acumulativos de la pesca de kril en la biomasa general y la abundancia local de la especie, y sobre las especies de predadores que dependen del kril para su supervivencia.
Desarrollar e implementar un plan de ordenación interactiva es un largo proceso que requiere suficientes datos científicos para llevarlo a cabo. Además, depende de una profunda comprensión de las relaciones de predador y presa, y de cómo es su interacción con el clima cambiante y con las actividades humanas, por ejemplo, la pesca. Para abordar todo esto, la CCRVMA ha acordado un proceso de FBM que incluye cuatro etapas7:
La CCRVMA se encuentra en la Etapa 1 del proceso. Para pasar a la próxima, el organismo de ordenación necesita completar más análisis de datos sobre la biomasa del kril y los efectos de la pesca sobre el ecosistema, así como mejorar su sistema de seguimiento.
A continuación, se mencionan los tipos de datos que la CCRVMA está recopilando (o debería obtener) para diseñar el sistema de FBM.
Aunque la CCRVMA ha acordado diseñar la ordenación interactiva en etapas, los miembros siguen trabajando para encontrar uno o varios enfoques coordinados que funcionen mejor. Los enfoques de la FBM propuestos al día de la fecha tienen una característica en común: normas de decisión para designar límites de captura dentro de unidades o áreas de manejo en función de cómo los depredadores y el ecosistema responden a los cambios en la cantidad de kril extraída en determinado año. Algunas propuestas modelan la dinámica de predador, kril y ecosistema, mientras que otras incluyen áreas experimentales cerradas a las actividades pesqueras.
Como parte del conjunto de herramientas que la CCRVMA utiliza para proteger el océano austral, la Comisión también se ha comprometido a crear una red de reservas marinas o áreas marinas protegidas (AMP) en el océano Austral. Se espera desarrollar un sistema de AMP alrededor de la península Antártica y la región del mar de Scotia, donde se concentran las actividades pesqueras de kril.
Mientras se desarrollan esas AMP, la CCRVMA también debería tomar los siguientes pasos para asegurar prácticas precautorias de pesca de kril con base científica: