Esta hoja de datos se actualizó en agosto de 2018 para reflejar los leves cambios que se introdujeron en el mapa.
El océano desempeña un papel fundamental para sostener la vida en la tierra. Cubre aproximadamente el 75 % de la superficie del planeta, y alberga a casi un cuarto de las especies conocidas del mundo, además de muchas otras por descubrir. Sus aguas sostienen a miles de millones de personas y a una infinidad de especies silvestres. Pero, hoy en día, el océano enfrenta amenazas, como la sobrepesca, la contaminación por residuos plásticos, el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.
En todo el mundo, cerca de la tercera parte de las poblaciones de peces se captura en niveles biológicamente no sustentables. El océano ha perdido más del 90 % de los peces depredadores grandes, como atunes y tiburones, y casi 1 de cada 5 peces se captura ilegalmente. A fin de proteger la biodiversidad marina y ofrecer sustento a quienes dependen de estas aguas para sobrevivir, es necesario revertir estas tendencias. Se ha demostrado que la creación de áreas marinas protegidas de gran escala sirve para preservar áreas específicas y para garantizar su protección a largo plazo.
Las aguas del sur del Pacífico que rodean el territorio francés de Nueva Caledonia son conocidas por su belleza natural, su gran biodiversidad y sus procesos ecológicos únicos. En estas aguas, se observa una vida marina saludable con muchas especies de peces y corales, uno de los sistemas de arrecifes más vastos del mundo y una de las lagunas más grandes del planeta. Estas aguas albergan ecosistemas marinos intactos y biológicamente diversos con poblaciones significativas de grandes predadores. Además, constituyen el hábitat de muchas especies icónicas y amenazadas.
En abril de 2014, el Gobierno de Nueva Caledonia anunció su intención de crear un área de ordenación en su zona marina, con el nombre de Parque Natural del Mar del Coral, que abarcaría la totalidad de la zona económica exclusiva (ZEE) de ese territorio. La designación de un área marina altamente protegida (AMP) y de gran extensión dentro del parque de casi 1,3 millones de kilómetros cuadrados (502.000 millas cuadradas) brindaría una protección a largo plazo para los hábitats marinos de la región.
En 2018, el Gobierno tomó medidas para proteger cinco de los arrecifes más intactos y remotos de Nueva Caledonia en AMP íntegramente protegidas que cubren 28.000 kilómetros cuadrados (10.800 millas cuadradas). Ese mismo año, el Gobierno también se comprometió a proteger de 200.000 a 400.000 kilómetros cuadrados (154.400 millas cuadradas) para fines de 2019 por medio de la creación de un AMP dentro del parque que incluyera áreas altamente protegidas. El comité de ordenación del parque continúa desarrollando un plan de acción para definir qué zonas estarán protegidas y cómo se emplearían.
Tras la designación de la ZEE como el Parque Natural del Mar del Coral en 2014, el Gobierno de Nueva Caledonia invitó al proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli a unirse al comité de ordenación para ayudar con la planificación de las protecciones del parque. Además, el comité incluye representantes del Gobierno, instituciones y comunidades locales, organizaciones ambientales, organizaciones no gubernamentales y el sector privado.
Nueva Caledonia cuenta con un ecosistema marino saludable, en parte, gracias a las restricciones impuestas sobre las flotas pesqueras internacionales y sobre las técnicas destructivas de pesca de arrastre del fondo marino. Sin embargo, a nivel global, muchas de las especies que nadan en estas aguas siguen estando amenazadas. Asimismo, en gran parte debido a las presiones crecientes derivadas de la pesca industrial y comercial, la salud futura del medioambiente marino no está garantizada. La creación de AMP altamente protegidas y de gran escala permitiría resguardar estas aguas para futuras generaciones de habitantes de esta región.
La ciencia ha demostrado que las AMP mejoran la salud de los océanos por medio de la protección del hábitat, lo que permite la culminación de los ciclos de vida de las especies.1 Cuando están bien diseñadas, las AMP también pueden ayudar a las especies altamente móviles o migratorias, como los atunes, las ballenas, las tortugas y los tiburones.2 Asimismo, estas grandes reservas generan oportunidades para la realización de actividades económicas ecológicamente conscientes, como el ecoturismo y los deportes acuáticos.
En Nueva Caledonia, los arrecifes de coral en particular tienen una importancia económica, social y cultural. La UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad seis lagunas y arrecifes de coral de la zona, avalando con ello su valor universal.
Por ello, el proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli está abogando por la creación de, al menos, un AMP altamente protegida y de gran extensión en el Parque Natural del Mar del Coral. Dentro de esa área, se prohibirían la pesca y la realización de cualquier otra actividad de naturaleza extractiva. Los pescadores locales, sin embargo, podrían seguir trabajando en sus caladeros o zonas de pesca tradicionales, los cuales son limitados y, generalmente, no se superponen con las áreas que se propone proteger. La creación de un área protegida de gran extensión fomentaría ecosistemas saludables y ayudaría a preservar las aguas de Nueva Caledonia para las futuras generaciones.
El establecimiento de un AMP de gran extensión en la ZEE de Nueva Caledonia permitiría conectar el Parque Natural del Mar del Coral con el Parque Marino del Mar de Coral Australiano. Juntos, ofrecerían una protección contigua para una inmensa área geográfica y conectarían las áreas declaradas como patrimonio natural de la humanidad en ambas ZEE. La unión de estos parques pondría de manifiesto el compromiso regional con el manejo de estas aguas, y la protección del medioambiente marino de todo el Pacífico.
El incremento de las protecciones marinas ayudaría también a que Nueva Caledonia cumpla con la recomendación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) de proteger el 30 % de cada hábitat marino para 2030. En la actualidad, cerca del 15 % de las áreas terrestres están protegidas a nivel mundial, mientras que apenas un poco más del 2 % del océano está altamente protegido.3 Las mayores protecciones previstas en el Parque Natural del Mar del Coral posicionarían a Nueva Caledonia como un líder mundial en conservación de los océanos.
Nueva Caledonia ostenta la segunda barrera de coral más grande del mundo y una extraordinaria diversidad de arrecifes de coral. Hasta la fecha, se han identificado más de 400 especies de coral. Con una longitud total aproximada de 1.600 kilómetros (1.000 millas), este sistema de arrecifes único rodea a la isla principal y, en algunos sitios, incluye una doble barrera de coral.
En agosto de 2018, el Gobierno dotó de protección total a los arrecifes de Chesterfield, Bellona, Astrolabe, Petrie y Entrecasteaux. Estas islas y arrecifes se encuentran entre los más aislados de Nueva Caledonia. Estos lugares, considerados entre los ecosistemas más espectaculares del planeta, forman parte del legado oceánico del territorio. Los científicos han demostrado que estos arrecifes tienen una biomasa de peces y densidad de tiburones mucho mayores que las registradas en otros lugares de las islas del Pacífico.4
Se han identificado alrededor de 9.300 especies en las aguas de Nueva Caledonia. Estas incluyen 1.700 especies de peces, 48 especies de tiburones, 27 especies de mamíferos marinos, 32 especies de aves marinas y 4 especies de tortugas marinas. Asimismo, en las aguas de Nueva Caledonia, pueden encontrarse muchas especies icónicas y en peligro de extinción. Estas incluyen ballenas jorobadas, dugongos, grandes tiburones, tortugas marinas, mantarrayas, peces Napoleón, serpientes de mar y aves marinas. Todas estas especies dependen de la existencia de hábitats saludables para su alimentación, anidación, reproducción y migración.
Diversos estudios científicos han destacado la naturaleza excepcional de los ecosistemas profundos de Nueva Caledonia.5 Tales investigaciones han revelado altos niveles de biodiversidad, especies previamente desconocidas y especies pertenecientes a grupos antiguos, como los nautilus endémicos y los crinoideos (Gymnocrinus richeri), fósiles vivientes que se creían extintos desde hace 140 millones de años. Los arrecifes y montes submarinos profundos ofrecen hábitats ricos y productivos para algunas especies que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra.
Nueva Caledonia alberga aproximadamente 2,5 millones de aves marinas, como fragatas, frailecillos, petreles, charranes y piqueros. Estas islas gozan de reconocimiento internacional como áreas de importancia para las aves.2 Su abundancia es un indicador de la elevada productividad del medioambiente marino y de su buena salud.
El Gobierno de Nueva Caledonia puede consolidar su legado para los océanos y su rol como líder en los esfuerzos de conservación al designar un AMP de gran extensión en el Parque Natural del Mar del Coral. La implementación de mayores protecciones también uniría estas aguas con las áreas protegidas establecidas por Australia, lo que daría como resultado un enorme ecosistema marino de relevancia mundial.
Esa designación también ayudaría a que el Gobierno de Nueva Caledonia cumpla con la recomendación de la IUCN de proteger el 30 % de los hábitats oceánicos para 2030, lo cual representaría un ejemplo para todos aquellos que aún no han tomado este tipo de medidas.