El diciembre pasado, la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), que es responsable de la gestión de las pesquerías de atunes tropicales en el océano Pacífico oriental valuadas en USD $4.590 millones consumidor final, generó preocupación en todo el mundo al concluir su reunión anual sin acordar ninguna norma para las valiosas poblaciones de bonitos, patudos y atunes de aleta amarilla.
La situación suscitó una enorme presión pública, que forzó a la CIAT a organizar una reunión de emergencia y modificar una medida de gestión antigua e insuficiente (que era lo mínimo que debía hacerse para no dejar las pesquerías de atunes tropicales del océano Pacífico oriental totalmente desreguladas). Sin embargo, desde entonces se tomaron pocas medidas orientadas a promover una gobernanza nueva y más ambiciosa.
Este año, cuando la CIAT se reúna del 23 al 27 de agosto, los gestores tendrán la oportunidad de reparar una parte del daño causado a la reputación de la Comisión y, principalmente, de fomentar una mayor sustentabilidad para las poblaciones de atunes al acordar la modernización del enfoque de su gestión y tratar otras cuestiones apremiantes, tales como mejorar la transparencia de sus pesquerías.
La gestión del atún tropical se ha politizado aún más en los últimos años, tal y como lo evidencian las continuas negociaciones que tuvieron lugar el año pasado. De cara al futuro, con el objetivo de evitar el fracaso que significaría no lograr un consenso que permita la administración sustentable de los atunes tropicales, la mejor opción es adoptar estrategias de captura duraderas y basadas en la ciencia. Estos marcos de trabajo alejan la gestión de las negociaciones de cuotas anuales a corto plazo al requerir que los gestores y las partes interesadas acuerden de antemano sus objetivos en torno a las pesquerías y a las medidas que tomarán en respuesta a los cambios en el estado de la población.
En la reunión de este año, el personal de la CIAT presentará un plan de trabajo a los gestores con el objeto de lograr la adopción de estrategias de captura para los atunes tropicales en los próximos años, comenzando por el patudo. Los gestores deberían apoyar este plan sin demora y, así, dar tiempo para que la Comisión aborde otras responsabilidades apremiantes que quedaron descuidadas.
Estas prioridades deben incluir mejorar el control de las actividades de los barcos en el mar y de la supervisión de las capturas que se descargan en el puerto. Al hacer ambas cosas, la Comisión puede alinear más sus medidas de gestión con otras organizaciones regionales de pesca (ORP), mejorar la sustentabilidad de las pesquerías y reducir las probabilidades de que el pescado capturado ilegalmente entre en los mercados.
Incluso antes de que la pandemia del COVID-19 limitara la cobertura de observadores humanos a bordo de los barcos de pesca, la cobertura en las aguas de la CIAT era inferior al 20 % de la actividad pesquera que sus científicos recomiendan como el umbral mínimo para garantizar la sustentabilidad. Pero el monitoreo electrónico (ME), que implica el uso de computadoras, sensores de aparejos y cámaras de video para controlar y registrar la actividad pesquera, puede ayudar a suplir esa falencia. Frente a la necesidad de contar con más información, los científicos de la CIAT propusieron un plan de trabajo detallado y orientado a desarrollar un programa de ME integral para sus pesquerías. La CIAT debería apoyar este plan a fin de que puedan crearse los estándares para incrementar la cobertura de observadores humanos y aumentar la concientización de los gestores de las pesquerías respecto de lo que sucede en el mar.
La CIAT también debería arrojar luz sobre la cuestión del transbordo, es decir, la transferencia de captura en el mar de un barco de pesca a un buque de carga, que luego lleva el pescado al puerto. El transbordo constituye una parte crucial —y, por lo general, legal— de la cadena de suministro de pescados y mariscos, pero suele tener lugar en alta mar, donde resulta difícil de controlar y donde los actores malintencionados pueden llevar a cabo actividades de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) con mayor facilidad y sin ser detectados. Las medidas actuales de gestión del transbordo de la CIAT son penosamente obsoletas, y contienen muchos vacíos legales que permiten el envío de información errónea —o incluso nula— sobre la captura. Los gestores deben unir fuerzas para reformar las medidas existentes y aumentar la supervisión de esta actividad.
Asimismo, la CIAT está rezagada en relación con otras organizaciones regionales de pesca (ORP) en lo que respecta a la creación de medidas del Estado Rector del Puerto que podrían impedir que la pesca INDNR llegue a los mercados. Todos los miembros de la Comisión deberían respaldar la propuesta de la Unión Europea para adoptar normas que estén en línea con las mejores prácticas existentes, como el Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (AMERP). La propuesta requeriría que los miembros refuercen los controles en los puertos para reducir las probabilidades de que se descarguen productos obtenidos ilegalmente, en parte, al implementar regulaciones más estrictas que rijan para los buques con pabellón extranjero que desean entrar a los puertos y hacer uso de ellos. En los últimos años, en muchas oportunidades, se propusieron a la CIAT medidas del Estado Rector del Puerto que estaban en línea con el AMERP. Es momento de que la CIAT se alinee con otras ORP y adopte estas medidas sin vacilación.
A propósito de esto, vendedores minoristas, vendedores mayoristas, proveedores y procesadores de atún, por medio de la Alianza Global del Atún, también instaron a la CIAT a mejorar la sustentabilidad de sus pesquerías a través de estrategias de gestión duraderas y una mayor transparencia en la cadena de suministro.
La CIAT tiene una larga lista de cuestiones para debatir y adoptar en la reunión de este año, y la historia ha demostrado que muchos temas importantes suelen quedar en segundo plano, en gran parte debido a los polémicos debates sobre la gestión del atún tropical. De hecho, la Comisión ya programó una sesión especial para octubre, probablemente porque sus líderes prevén que las deliberaciones en torno del atún tropical ocuparán la mayor parte de la reunión ordinaria. Pero, al comprometerse a implementar estrategias de captura este mes, la Comisión podría evitar futuros estancamientos y liderar un movimiento hacia la apertura y la eficacia de la gestión de pesquerías.
Promoviendo la gestión moderna de pesquerías, el monitoreo electrónico, la reforma del transbordo y las medidas del Estado Rector del Puerto este año, la CIAT se posicionaría como un líder entre las ORP y demostraría que está lista para adaptar la gestión de las pesquerías del océano Pacífico oriental al siglo XXI.
Grantly Galland trabaja en el programa de pesquerías internacionales de The Pew Charitable Trusts.