Con la Unión Europea encarando el plazo de 2020 para acabar con la sobrepesca, medir el progreso realizado hasta el momento sigue siendo una tarea complicada. Las tendencias generalmente apuntan a que vamos en la dirección adecuada, y se han hecho progresos cuantificables en la última década para reducir la presión pesquera y restaurar las poblaciones de peces.
Sin embargo, al mismo tiempo, los datos de los informes anuales presentados por la Comisión Europea demuestran que la sobrepesca sigue produciéndose y que los problemas son persistentes y de varios niveles. Para complicar aún más la situación, la Comisión ha designado una cuota mayor de poblaciones de peces como capturas accesorias, que son normalmente los peces no deseados al pescar las especies objetivo, y ha establecido objetivos de gestión menos ambiciosos para esas poblaciones de peces.
La última “comunicación” de la Comisión, la declaración de junio que describe la política sobre las oportunidades de pesca para el próximo año, incluye nuevas formas de medir el progreso hacia la consecución de la pesca sostenible. Estos nuevos parámetros enturbian el debate a la vez que dibujan una imagen demasiado optimista del estado actual de las pesquerías. La Comisión destaca los aumentos constantes en el número de los límites de pesca establecidos de acuerdo con los requisitos legales de la Política Pesquera Común (PPC), y menciona porcentajes muy altos al expresarse en términos de capturas totales o desembarques. A pesar de esos números, muchas especies siguen pescándose sin cumplir con las recomendaciones científicas.
La Comisión también propone dos categorías diferentes para las poblaciones de peces al establecer los límites de captura para 2019 en función de la importancia comercial o la abundancia. En el caso de las poblaciones de peces consideradas como capturas accesorias, se “tendrán en cuenta” las recomendaciones científicas, pero también otros factores como su menor importancia comercial y el deseo de mantener las pesquerías de otras especies abiertas. Esto podría llevar a la sobreexplotación pesquera de algunas poblaciones de peces consideradas como capturas accesorias, lo que podría dañar el ecosistema.
Este estándar doble probablemente signifique que la UE seguirá progresando en el objetivo de lograr una gestión sostenible para algunas poblaciones de peces, pero no para otras. Es posible que las especies que son importantes a nivel comercial y que se benefician de los datos científicos exhaustivos experimenten mejoras, pero puede que otras que están sobreexplotadas, que tienen un valor económico menor, o que simplemente se conocen menos no alcancen el objetivo de la PPC de acabar con la sobrepesca para el año 2020.
Los cambios de política implican que en algunos casos, el enfoque de precaución ya consolidado, que requiere una mayor cautela cuando existe incertidumbre, se está revirtiendo en la práctica: Se podrían asumir más riesgos si el estado de la población es menos claro. Esto se traduce en última instancia en una mayor presión de pesca en las poblaciones de peces con menos datos en comparación con las poblaciones de peces con una buena base de conocimiento. Además, permitir más flexibilidad en los límites de captura cuando se conoce peor una población, también supone a los Estados miembros menos incentivos para mejorar el conocimiento de esas poblaciones de peces.
Las labores para hacer menos restrictivos los requisitos de la PPC han sido un problema persistente y, en cierta manera, se han reflejado en planes de pesquería plurianuales para cada región. El Parlamento y el Consejo Europeo aprobaron recientemente un plan para el Mar del Norte que realiza una distinción similar en las poblaciones de peces de capturas accesorias, estableciendo objetivos menores para su ordenación.
La UE merece ser elogiada por el progreso realizado hasta la fecha para evitar el colapso de las poblaciones y comenzar a revertir las tendencias de sobrepesca. Sin embargo, los pasos, desgraciadamente lentos, hacia el cumplimiento de los requisitos legales de la PPC para pescar de forma sostenible y recuperar las poblaciones de peces hasta niveles sostenibles hacen que quede aún mucho trabajo por hacer en los próximos dos años.
La Comisión concluye su comunicación enfatizando que “no es momento para la autocomplacencia”. Tampoco es momento para suavizar los objetivos de la política de la UE o eximir los “casos difíciles” de los requisitos legales cuando los ministros de Pesca tomen decisiones cruciales sobre los límites para 2019 entre octubre y diciembre.
Andrew Clayton dirige los esfuerzos de The Pew Charitable Trusts para acabar con la sobrepesca en el noroeste de Europa.