Buscando al Pez Monstruoso
El mero batata (Goliath) puede pesar hasta 800 libras y crecer hasta 8 pies de largo.
Pueden llegar a pesar 800 libras, tragarse a una raya y no le temen a quitarle un pez de las manos o de las líneas de pesca a los humanos.
El mero batata (Goliath) casi se eliminó en Florida durante los ‘90 por la sobre pesca severa y la pérdida de hábitat. En 1990, se estableció una moratoria que prohibió que se capturara o removiera a estas bestias masivas que pueden llegar a medir ocho pies.
Hoy en día estos peces se están recuperando. Los pescadores observan esta especie más a menudo y en números mayores por todo el estado de Florida. Estos gigantes han robado piezas de trofeo de las manos de los arponeros y de las líneas de pescar, dándole un nuevo significado a la batalla entre David y Goliath. Pero estos robos oportunistas no son comunes para los batata, quienes consumen en su mayoría cangrejos de fondos arenosos y otras especies de criaturas marinas lentas. Para aquellas personas que reconocen la importancia de esta especie en el ecosistema, es más fácil perdonarlos fácilmente cuando les quitan su pesca de las manos. El mero batata usa su rabo en forma de escoba para limpiar los sedimentos y excavar huecos que sirven como hogar a otras criaturas marinas.
En estos momentos los pescadores tienen la obligación de soltar los meros batata sin hacerle daño, pero con el aumento de estos peces en el océano, algunas personas están ansiosas por capturarlos y quedarse con ellos nuevamente.
Es meritorio reconocer que los administradores de la pesca a nivel estatal y federal se están moviendo cautelosamente antes de cambiar cualquier reglamento de pesca para el mero batata. Los líderes de las pesquerías, entre ellos la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida, el Consejo de Pesca del Golfo de México y el Consejo de Pesca del Atlántico Sur, que velan por las pesquerías en aguas federales, han reconocido que hace falta más investigación sobre la biología de estas poblaciones para asegurar que la pesca del mero batata no perjudique su recuperación.
Aún existen algunas preguntas importantes e intrigantes que responder acerca de este pez territorial que durante sus agregaciones de desove produce sonidos de aire con su vejiga que parecen truenos con el fin de asustar a los depredadores.
Por un lado, los científicos quieren conocer cuántos años viven. Los investigadores han encontrado que el mero batata crece lentamente y madura tardíamente. Estos meros sedentarios pueden tardar de cuatro a siete años en madurar cerca de la costa en los llanos de manglares—un hábitat que desaparece rápidamente—antes de mudarse a los arrecifes más profundos. La expectativa de vida de estos peces aún es incierta. Se ha descubierto que pueden vivir al menos 37 años, pero algunos investigadores sospechan que estas criaturas pueden vivir mucho más tiempo.
Además, los científicos requieren mayor información acerca del tamaño de la población reproductiva y los hábitos de apareamiento de esta especie. Los investigadores ya saben que los gigantes se reúnen en grupos para desovar en los mismos lugares año tras año, lo que los hace especialmente vulnerables a los pescadores que conocen los lugares especiales de desove.
Fotografía tomada en la década de los ‘20 de un hombre frente a una tienda de deportes con nueve meros batata. Esta especie que fue muy abundante estuvo a punto de ser eliminada en los años ‘90 por la sobrepesca y la pérdida de hábitat.
Los científicos también saben que algunos de estos animales cambian de hembra a macho, pero no hay información precisa sobre cuántos de estos hacen la transición y a qué edad o tamaño esto ocurre. El conocimiento sobre el proceso de cambio de sexo, que se conoce como hermafroditismo, es clave para que los investigadores puedan evaluar la capacidad reproductiva de la población. Esta información ayudará a los reguladores a diseñar reglamentos de pesca en el futuro que protejan a suficientes meros batata maduros.
Los administradores pesqueros quieren contestaciones a estas preguntas antes que se tomen decisiones que puedan afectar el futuro de esta especie admirable. Este tipo de enfoque de precaución -conociendo los impactos a la pesca antes de establecer reglamentación- es un ejemplo de cómo se deben manejar las pesquerías en la práctica.
Desafortunadamente este enfoque no es la práctica usual en E.U. Muy a menudo el esfuerzo de pesca se lleva a cabo antes de que los manejadores de pesquerías puedan comprender los efectos en la especie que será pescada (conocida como la especie objetivo). Esa falta de conocimiento deja a los manejadores en una posición reaccionaria a los problemas imprevistos, en vez de tratar de prevenirlos.
El Congreso de los E.U. está considerando cambios a la ley nacional de pesca, el Acta de Conservación y Manejo de Pesquerías Magnuson-Stevens. En Pew nos afirmamos que la nueva ley debe enfatizar el manejo con un enfoque de precaución, en el cual los manejadores de la pesca permitan nuevas formas de pesca solamente después que se establezcan reglas que aseguren pesca sustentable para las presentes y futuras generaciones. Esta es una manera inteligente de conservar nuestros valiosos recursos marinos.
El Acta de Magnuson-Stevens se acerca a su aniversario número 40 y podría beneficiarse con una actualización. Es tiempo de un nuevo enfoque hacia el manejo pesquero. Conozca más en www.pewtrusts.org/healthyoceans.