Planificando para mejores días por venir
El capitán David Blinken, un pescador serio que reconoce el valor de planificar de antemano.
Nota: En la versión original de este relato, el colapso de las poblaciones de peces en el área de South Fork, Long Island se reportó erróneamente durante los 1980’s. Esto ocurrió en los 1970’s.
Como guía de pesca con mosca y de línea liviana en Long Island, Nueva York, el capitán David Blinken siempre planifica de antemano. Para poder seleccionar las artes de pesca, los lugares y la mejor hora para un viaje, él verifica las condiciones del viento, la temperatura del agua y las mareas. Los clientes de Blinken se benefician de su experiencia, sus habilidades y su juicio, el cual ha perfeccionado durante años trabajando sobre el agua.
Los guías de pesca no son los únicos que deberían pensar y planificar para una serie de condiciones en el agua. Para ayudar a mantener océanos saludables, las personas que determinan las políticas públicas para la pesca en el mar deben considerar no solo el estado actual de la pesquería, sino también el futuro de la misma y deben pensar más allá de una especie individual y tomar en consideración el panorama amplio del ecosistema marino.
Una herramienta de ayuda para hacer esto es un plan de ecosistema de la pesquería el cual provee una guía para comprender los factores que influencian a los peces en un ecosistema en particular. Al crear estos planes, los científicos pueden colectar y analizar la información que va desde las corrientes que afloran en el mar, el derretimiento anual de las capas de hielo, los impactos del cambio climático y la degradación de los hábitats. Este análisis puede ayudar a los consejos de manejo pesquero regionales a reconocer los factores que pueden estar ayudando o lastimando a una pesquería. Al tener esta información pueden tomar mejores decisiones que podrían, por ejemplo, reducir los riesgos de que alguna población de peces caiga en picada.
El negocio de Blinken que persigue a los peces lobina rayada, anchoa y bonito depende de un ecosistema funcional y saludable año tras año. El recuerda cuando era niño que se veían cardúmenes gigantes de peces en las afueras de South Fork, Long Island, desde la Bahía de Gardiner hasta la Punta Montauk y lo que ocurrió cuando colapsaron las poblaciones de peces en los años ‘70.
“Las lobinas rayadas en las aguas del estado habían mermado a tal grado que se requirió una moratoria a toda pesca para recuperarlas”, relató Blinken. “Si planificamos bien para el futuro no deberíamos tener que pasar por esto con ninguna otra población de peces. Necesitamos prevenir que los abastos pesqueros se reduzcan a tal estado para evitar volver al manejo pesquero en una crisis. Debemos aprender de las lecciones del pasado para que no cometamos los mismos errores”.
Los manejadores pueden usar un plan de ecosistema, por ejemplo, para proteger la estructura y la función de la red trófica para asegurar una base de las presas (o carnadas) saludable. Los planes pueden también incluir guías sobre cómo adaptar el manejo de la pesca ante los impactos del cambio climático. Al monitorear indicadores de ecosistema y considerar un rango de escenarios, el consejo puede predecir tendencias, determinar las necesidades de datos e investigaciones al igual que identificar los riesgos antes de que se conviertan en problemas.
“Debemos ser proactivos, pensar dos, tres hasta 10 pasos adelante”, dice Bliken. “Además necesitamos reconocer que no podemos abusar de una parte del sistema y pensar que no afectará el resto. Tenemos que pensar en todo el ecosistema”.
Algunos consejos regionales ya han comenzado a usar planes de ecosistema pesqueros para hacer la transición del enfoque en las especies a un enfoque sistémico. Sin embargo, la ley no requiere que se lleve a cabo este tipo de manejo moderno. El Congreso de los E.U. tiene la oportunidad de hacer lo correcto para los peces y los pescadores al actualizar el Acta de Conservación y Manejo de Pesquerías Magnuson-Stevens, la ley primordial que gobierna el manejo de los peces del océano de los E.U., al requerir que se desarrollen estos planes a nivel regional. Al hacer esto se puede ayudar a reducir la incertidumbre para cualquier negocio, tal como el de Blinken, que requieren de ecosistemas oceánicos consistentemente saludables.
El Acta de Magnuson-Stevens se acerca a su aniversario numero 40 y podría beneficiarse con una actualización. Es tiempo de un nuevo enfoque hacia el manejo pesquero. Conozca más en www.pewtrusts.org/healthyoceans.