Los peces de carnada proporcionan comida para especies comerciales y recreacionales importantes como el atún, salmón, bacalao, así como aves marinas, tiburones, delfines y otros animales que son integrales para un ecosistema oceánico saludable. En algunos casos, como ocurre con el sábalo y el arenque, no existe ningún plan federalde administración para peces de carnada.
La demanda de consumo de estas especies ricas en nutrientes, que son usadas para hacer fertilizantes, alimentar ganado y peces de granja y en la producción de cosméticos se está disparando en todo el mundo. Sin embargo, la importancia de los peces pequeños para la salud de los ecosistemas, así como el negocio de la pesca, mariscos y empresas turísticas, hace crítico que tengamos precaución adicional en su manejo y administración.
Como parte de la reautorización de la ley Magnuson-Stevens, el Congreso debe mejorar la conservación de peces de carnada al requerir que los administradores regionales de pesca:
En el 2012, el Panel Especial de Peces de Carnada Lenfest (Lenfest Forage Fish Task Force), compuesto por un panel de 13 científicos marinos reconocidos internacionalmente, encontró que pescar peces de carnada a niveles que antes se consideraban sustentables podría tener efectos adversos significativos en algunos ecosistemas marinos. El panel recomendó reducir las tasas de captura de peces de carnada a la mitad en muchos ecosistemas y duplicar la cantidad mínima requerida de peces restantes en el agua. Estas medidas ayudarían a maximizar los beneficios de los peces de carnada como alimento para especies más valoradas.1
La conservación de peces de carnada tiene un impacto más allá de simplemente alimentar a peces más grandes. Por ejemplo, un estudio de varios ecosistemas realizado en el 2011, encontró que las poblaciones de aves marinas disminuyeron cuando la cantidad de peces de carnada se redujo un tercio de los niveles máximos históricos.2
Cuando alrededor de 1,600 crías hambrientas de leones marinos llegaron a las costas de California en el 2013, los investigadores señalaron la posible causa: sus madres los abandonaron porque no habían suficientes peces de carnada (como sardinas del Pacífico) para mantener ambas generaciones.3 La disminución severa de población de sardinas fue una amenaza no sólo para los leones marinos, sino también para otra vida marina en la costa de California y los pescadores que dependen de ellas. En respuesta, el Consejo de Administración Pesquera del Pacífico (PFMC, por sus siglas en inglés) redujo los niveles de pesca de sardinas en casi dos tercios del 2013 al 2014.4
El PFMC ha tomado otras medidas para el control de peces de carnada, proporcionando un modelo para sus contrapartes a nivel nacional. En una acción separada en el 2013, el Consejo aprobó su primer plan de pesca ecológico en el cual se explica detalladamente como establecer un enfoque integral para administrar los recursos marinos. La primera iniciativa administrativa del plan requiere desarrollar un análisis que permita comprender el impacto potencial de nueva pesca de especies de carnada, como peces lanza de arena y saurios, antes de permitir tal pesca.5
Desafortunadamente, la mayoría de los otros consejos de administración de pesca no han adoptado prácticas similares para prevenir descensos drásticos en las poblaciones forrajeras y sus efectos adversos en el ecosistema. Sin embargo, a través de la reautorización de la ley Magnuson-Stevens el Congreso puede asegurar que los peces de carnada cumplan su rol importante en el ambiente oceánico dirigiendo a los consejos a adoptar las mejores prácticas y protecciones para estas especies.