Jo Benn, +1 202.247.5823, jbenn@pewtrusts.org
Rachel Brittin, 202.540.6312, rbrittin@pewtrusts.org
Propuesta de Brasil, Colombia, Costa Rica, los estados miembros de la Unión Europea, Ecuador, Honduras y México.
Tiburón martillo común o cornuda común (Sphyrna lewini), es una de las especies de tiburones más reconocible, y es también una de las más amenazadas.
Los martillos están sujetos a la pesca dirigida e incidental, en todo el mundo. Se la explota principalmente para satisfacer una demanda global cada vez mayor de sus aletas, que se encuentran entre las más valiosas del comercio de aletas.
Con frecuencia, los martillos se agrupan en grandes cantidades, lo que las hace aun más vulnerables a los esfuerzos de pesca. Como resultado, la evaluación de la Lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) les asigna la categoría de productividad más baja, lo que signifi ca que su capacidad reproductiva es extremadamente baja y, en consecuencia, son una de las especies más vulnerables del océano.
Estudios de pesca en el Atlántico Noroccidental han documentado la pérdida de tiburones martillo de hasta un 98 %, las descargas en el Atlántico Suroccidental han declinado en hasta un 90 %, y se han registrado mermas de más del 99 % en ciertas partes del Mar Mediterráneo.
Si bien la forma característica de los tiburones martillo los hace fáciles de identifi car como género, puede ser difícil distinguir un tiburón martillo común de un martillo cruz (S. zygaena) y un martillo gigante (S. mokarran) de apariencia similar, especialmente cuando solo se observan las aletas. Los datos específi cos sobre la especie son limitados, pero las encuestas científi cas han permitido obtener información comercial importante. Los comerciantes han indicado que las aletas de los tiburones martillos están entre las más valiosas. Las tres especies de martillos combinadas representan aproximadamente un seis por ciento de las aletas identifi cadas que llegan al mercado de Hong Kong. A partir de esta información, los científi cos han estimado que se explotan entre 1,3 millones y 2,7 millones de tiburones martillos comunes y martillos cruz para el comercio de aletas cada año. Unos pocos países y solamente una organización regional de ordenación pesquera (RFMO) cuentan con medidas de conservación o administración para los tiburones martillos, pero las RFMO no regulan el comercio internacional. Según una evaluación de la pesca ilegal no informada ni reglamentada, los martillos están entre las especies de tiburones capturadas con mayor frecuencia ilegalmente.
En septiembre de 2012, el tiburón martillo común fue incluida en el Apéndice III de la CITES. El Apéndice III requiere que se emita un permiso de exportación para partes y productos exportados del país que incluyó la especie en el Apéndice III (en este caso, Costa Rica y Australia). Todos los demás países deben emitir un certifi cado de origen que muestre que no es del país que listó la especie; pero no se requieren todos los demás hallazgos científi cos.
Beneficios de un Listado de la CITES
En CoP15 se presentó una propuesta para incluir el tiburón martillo común en el Apéndice II; esta propuesta fue endosada por la FAO, el Secretariado de la CITES y TRAFFIC/UICN. Sin embargo, en esa oportunidad la propuesta fue rechazada por escaso margen.
Si bien la reciente inclusión del tiburón martillo común en el Apéndice III de la CITES es un paso positivo, un listado en el Apéndice II es vital para garantizar que el tiburón martillo común esté protegido en todo su ámbito de desplazamiento contra la sobreexplotación debida al comercio internacional. Listar el tiburón martillo común en el Apéndice II de la CITES mejoraría notablemente la salud de las poblaciones, al reglamentar el comercio internacional de sus productos, garantizar que el comercio se limite a martillos capturados por pesca sostenible y legítima y respaldar la información de datos y los esfuerzos tendientes a hacer valer las reglamentaciones.