Chile tiene la fortuna de contar con una geografía única que, en 4.270 kilómetros de longitud, atraviesa de norte a sur por una gran variedad de climas que nos permiten tener 88 de los 110 ecosistemas existentes en el mundo, incluyendo sus islas oceánicas, según reportó la revista Nature en 2022.
Así también, sus áreas protegidas conservan desde los terrenos más áridos del mundo a uno de los campos glaciares de mayor extensión planetaria. La administración de estas áreas no es fácil, no solo por su diversidad, sino que porque en Chile, la gestión del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas de Chile estaba dispersa en cinco agencias pertenecientes a distintos ministerios públicos.
Pero esta situación cambió luego de que el Gobierno chileno creara un nuevo organismo—el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP)—para gestionar todas las áreas de biodiversidad y conservación del país. En los próximos cinco años, el SBAP, creado en virtud de una nueva "ley para la naturaleza" que el Gobierno puso en vigor el 2 de octubre, absorberá gradualmente el personal y las funciones del actual administrador de parques, reservas y monumentos naturales, la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Además, la nueva agencia pasará a supervisar lugares que, hasta ahora, eran la responsabilidad de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (áreas marinas protegidas) y del Ministerio de Bienes Nacionales, entre otros.
Tras la transición, el SBAP—bajo el paraguas del Ministerio del Medio Ambiente—supervisará la administración y gestión de las 342 áreas protegidas públicas marinas y terrestres de Chile. Además, aplicará herramientas y medidas de conservación en zonas que actualmente no están protegidas. Estas herramientas y medidas incluirán planes de gestión de ecosistemas amenazados; inventarios de restauración ecológica y humedales; planes para especies amenazadas y especies exóticas invasoras; e incentivos económicos para promover prácticas sostenibles. Por citar sólo una consecuencia de la fraccionada gestión anterior a la nueva ley: 33 de las 108 áreas protegidas actualmente administradas por CONAF no cuentan con personal que las gestione.
Entre muchos beneficios, se espera que el SBAP fortalezca las áreas protegidas aumentando su eficiencia y eficacia administración, canalizando un aumento del financiamiento para la gestión de estos espacios. Esto se necesita con urgencia en Chile, ya que el país es uno de los que menos invierte en sus áreas protegidas.
Como The Pew Charitable Trusts, esperamos trabajar con nuestros socios para apoyar esta transición en los próximos años y garantizar que el sistema de áreas protegidas de categoría mundial que Chile tiene reciba la gestión y el financiamiento que merece. Esto, a su vez, ayudará a conservar algunos de los ecosistemas más diversos del planeta, especies en peligro de extinción y una naturaleza de impresionante belleza.
Maximiliano Sepúlveda trabaja en el proyecto Patagonia Chilena de The Pew Charitable Trusts.