El texto de esta página web se actualizó en octubre de 2021 para aclarar que 35 millones de toneladas métricas de pescado equivalen a cuatro veces el consumo de pescado de América del Norte en 2017.
La sobrepesca es una de las principales amenazas a la salud global de los océanos. Los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sugieren que el 34 % de las poblaciones de peces de todo el mundo son explotadas más allá de niveles biológicamente sostenibles.
Algunas subvenciones a la pesca (es decir, pagos que los Gobiernos otorgan a la industria pesquera) son uno de los factores clave detrás de la sobrepesca, y hay nuevas investigaciones que indican que eliminar todas estas subvenciones dañinas contribuiría a la recuperación de las poblaciones de peces. En concreto, la eliminación de todas las subvenciones destructivas provocaría un aumento del 12,5 % de la biomasa global de peces para el 2050, lo que representa alrededor de 35 millones de toneladas métricas de peces (cuatro veces el total del consumo anual de pescado de América del Norte en 2017).
Estas cifras surgen de un modelo bioeconómico —financiado por The Pew Charitable Trusts— que un grupo de científicos de la Universidad de California, Santa Bárbara, creó a partir de datos de acceso público de 2018 (el año más reciente para el cual se tenían datos completos). El modelo fue revisado por economistas independientes y luego se difundió a los miembros de la OMC, quienes actualmente están negociando un acuerdo global que podría eliminar todas las subvenciones dañinas y contribuir a la recuperación significativa de las poblaciones de peces pronosticada por la herramienta.
En la actualidad, los Gobiernos de todas partes del mundo gastan $22.000 millones al año en pagos perjudiciales para los sectores pesqueros. Este dinero permite que las flotas sigan pescando incluso cuando las condiciones operativas y de mercado, como la captura disminuída de peces, indican que no deberían hacerlo.
La OMC comenzó las negociaciones en torno a la reforma de las subvenciones a la pesca hace dos décadas. El año pasado, los miembros estaban listos para cerrar un acuerdo a fin de eliminar estos pagos y cumplir con la fecha límite establecida en virtud del Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 14, Meta n.º 6. Lamentablemente, los miembros de la OMC no cumplieron con la fecha límite de 2020, principalmente, debido a retrasos en el proceso de negociación a causa de la pandemia. Sin un acuerdo vigente, las poblaciones de peces siguen siendo objeto de sobrepesca, lo que pone de manifiesto la urgencia con la que debe actuar ahora la OMC.
Mientras continúa el debate, los miembros de la OMC están utilizando este modelo para comparar las distintas políticas en fase de negociación a fin de analizar cuál sería la respuesta de las pesquerías globales y regionales frente a la reforma (por ejemplo, la recuperación o el agravamiento de la merma). Asimismo, los miembros están haciendo uso de esta herramienta para acceder a un repositorio de información sobre pesquerías.
Este modelo recoge datos de buques, pesquerías y subvenciones de todas partes del mundo, y los simplifica para representar una pesquería global y tres pesquerías regionales: cada una en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Luego, el usuario puede seleccionar una de las reformas propuestas que está considerando la OMC y ver el impacto potencial que esa política tendría sobre la cantidad de peces en el agua (biomasa), los ingresos provenientes de la pesca y los niveles de captura global o regional (los cuales pueden diferir entre sí). Por ejemplo, si los miembros de la OMC eliminan todas las subvenciones dañinas, el modelo muestra que la biomasa de peces en el Pacífico podría aumentar en un 19,3 % para el 2050 (una suba que supera incluso el incremento global).
Los científicos desarrollaron la herramienta utilizando datos de fuentes como la base de datos de captura mundial de la FAO, los precios históricos de la captura de peces, la base de datos de Global Fishing Watch y la base de datos sobre la estimación de la ayuda a la industria pesquera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Si bien el modelo tiene en cuenta una gran variedad de factores, es probable que los resultados de la reforma de la política de subvenciones registren diferencias regionales en función de las diversas implementaciones de este tipo de programas en cada país, la condición de las poblaciones de peces individuales, la complejidad de los sistemas de gestión de pesquerías y la manera en que estas últimas responden ante la reforma.
Sin embargo, hay algo que queda claro: este modelo muestra que la eliminación de las subvenciones perjudiciales podría contribuir a reducir la sobrepesca y, por lo menos, empezar a revertir una parte del daño que esta ha causado a nuestros océanos. Y eso debería persuadir a los miembros de la OMC para que lleguen rápidamente a un acuerdo sobre este tema fundamental y lleven buenas noticias a los miles de millones de personas de todo el mundo que dependen de la salud de las pesquerías y de un ecosistema marino plenamente funcional.
Ernesto Fernandez Monge es un funcionario del proyecto y Reyna Gilbert, asociada sénior del proyecto de The Pew Charitable Trusts para reducir las subvenciones dañinas a la pesca.