Conocidas como el “laboratorio viviente de la evolución”, las islas Galápagos son un refugio clave para las especies migratorias. Además, su concentración de especies endémicas (es decir, especies que no se encuentran en ninguna otra región) es una de las más altas del planeta. En la Reserva Marina de Galápagos (RMG), declarada en 1998 y con una extensión de 133.000 kilómetros cuadrados (51.352 millas cuadradas), se prohíbe realizar actividades extractivas en determinadas áreas, a la vez que se permite la pesca artesanal en ciertas otras. Si bien la reserva ha contribuido a la protección de los hábitats de determinadas especies, como el tiburón martillo y la tortuga marina verde, la presión ejercida tanto por el cambio climático como por la sobrepesca amenaza con degradar este ecosistema biodiverso.
Una nueva encuesta, encargada por el proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli y realizada por Factoría Ambiental (una encuestadora galapagueña), demuestra que la comunidad local respalda el aumento de las protecciones para este frágil ecosistema. La encuesta, realizada en noviembre y diciembre de 2020 a 611 personas de las islas Galápagos de Santa Cruz, San Cristóbal e Isabela, reveló que el 72 % de los galapagueños está a favor de ampliar el tamaño de la reserva marina actual, y menciona como principal motivo la oportunidad de mejorar la conservación de los recursos marinos y de reducir o contrarrestar la pesca ilegal que tiene lugar en la zona. Solo el 8 % de los encuestados se opuso a la ampliación del área protegida, y expresó su preocupación en torno a la falta de monitoreo y cumplimiento en el área protegida actual y a la capacidad de operación reducida de los pescadores. El 20 % restante manifestó indecisión respecto de la ampliación del tamaño de la reserva, y mencionó como principal preocupación la capacidad de monitorear correctamente una reserva marina más grande y garantizar su protección efectiva.
Cabe destacar que la encuesta también reveló que casi 9 de cada 10 encuestados (el 87 %) cree que ampliar las protecciones marinas beneficiaría a la comunidad local. Entre tales encuestados, el 62 % definió el aumento de las protecciones de las especies marinas como un beneficio potencial y el 52 % dijo que la ampliación de las protecciones redundaría en mayores recursos pesqueros para la comunidad local. Esto último se conoce como “efecto derramamiento” y sucede cuando las especies dentro de las áreas protegidas son capaces de crecer y reproducirse de forma segura durante las etapas clave de su ciclo de vida, lo que, a su vez, provoca un aumento del volumen de peces adultos en las zonas de pesca aledañas que no están protegidas. Otros encuestados mencionaron el turismo, las mayores oportunidades económicas y la mejora de los servicios medioambientales como los posibles beneficios que podría significar una reserva marina más grande.
Esta encuesta no solo refuerza el apoyo de la comunidad respecto de la ampliación de la reserva actual para proteger las especies de relevancia biológica y comercial de la región, sino que resalta la importancia de implementar medidas adecuadas orientadas al monitoreo y al cumplimiento. El desarrollo de estrategias de gestión y protección integrales serviría para dar respuesta a las preocupaciones locales en torno a la ampliación y, al mismo tiempo, garantizaría que las áreas protegidas brinden los beneficios de conservación previstos.
El proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli respalda la implementación y ampliación de áreas marinas protegidas de gran escala, y está trabajando con los Gobiernos, la comunidad local y otros socios de las islas Galápagos a fin de salvaguardar uno de los ecosistemas marinos más icónicos del planeta.
Ashleigh Cirilla es administrador senior y Luis Villanueva es funcionario del Proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli.