Según un nuevo análisis de las pesquerías de Australia publicado en línea en la revista Marine Policy este mes, la instalación de sistemas SE (seguimiento electrónico) en buques de pesca comercial genera datos más precisos en los libros de a bordo. A su vez, esa mayor precisión se traducirá en una ordenación más eficaz y una pesca más saludable y sustentable.
En Australia, a los pescadores se les exige registrar en las bitácoras toda las capturas y los descartes de tal forma que las autoridades puedan evaluar con precisión el efecto causado sobre una determinada especie y rastrear las interacciones con las especies protegidas. A pesar de este requisito, los estudios han demostrado que las imprecisiones abundan en los reportes de pesquerías comerciales; algunos operadores no informan una parte o la totalidad de la pesca o las interacciones con las especies amenazadas, o bien, en otros casos, subreportan los datos de su pesca. Y aunque las pesquerías australianas se consideran unas de las más estrictamente reguladas del mundo, algunas no cuentan con datos exhaustivos.
La instalación de sistemas de seguimiento electrónico podría mejorar la calidad de esos datos. El sistema SE se vale de computadoras, sensores de aparejos y cámaras de video para registrar las actividades pesqueras; esta información es analizada y verificada por observadores calificados en la costa. (consultar Gráfico 1). A partir de 2015, los sistemas SE se exigieron en muchas pesquerías en Australia. Pero ¿cómo pueden verificar las autoridades que esta tecnología esté aumentando la precisión de los datos informados por los pescadores en sus bitácoras?
En el estudio, realizado por miembros del Australian Bureau of Agricultural and Resource Economics and Sciences (Oficina Australiana de Economía y Recursos Agrícolas y de Ciencias) y el Departamento de Agricultura y Recursos Hídricos, se analizaron datos de bitácoras de 44 buques de pesca dirigida a atunes, marlines, peces con escamas o tiburones en el sur y el este de Australia entre 2009 y 2016 a fin de determinar si la implementación de los requisitos de sistemas SE modificó la cantidad de peces (tanto pescados como descartados) que los pescadores informaron. Los investigadores descubrieron que los pescadores señalaron que descartaron una cantidad significativamente mayor de peces y tuvieron más interacciones con especies amenazadas y en peligro de extinción después de que entró en vigencia el requisito del sistema SE. Estos datos indican que la implementación de los sistemas SE instó a los pescadores a informar sus acciones en el agua con más precisión.
Estos resultados justifican cada vez más la implementación del requisito de sistemas SE en los buques de pesca comercial por parte de las autoridades en todo el mundo. Actualmente, la mayoría de las organizaciones regionales de ordenación pesquera (OROPs), que son los organismos internacionales responsables de regular la pesca en altamar, exige que solo un pequeño porcentaje de buques en las aguas que se encuentran bajo su supervisión sea observado, y ninguna de ellas exige la instalación de sistemas SE. Juntas, estas OROP cubren la mayor parte de los océanos. Como hay cientos de buques en el mar, no puede haber garantías de que la información oficial que existe sobre capturas, los descartes y las interacciones con especies en peligro de extinción sea precisa o exhaustiva.
Sin embargo, la implementación de sistemas SE en Australia muestra que es posible fortalecer la cobertura de observadores a través de tecnologías remotas, lo cual se traduce en mayor precisión de las bitácoras y mejor recolección de datos. El estudio también apunta a que las OROPs deberían trabajar en torno a la implementación de políticas y procedimientos, y la construcción de la infraestructura necesaria para ofrecer una cobertura de observadores del 100 por ciento —ya sea humana o electrónica— respecto de todos los buques de pesca bajo su supervisión.
Jamie Gibbon es un administrador asociado de la campaña de conservación global del atún para The Pew Charitable Trusts.