Diez años atrás, las lagunas de Nueva Caledonia —una vasta área del océano conformada por varios arrecifes de coral y ecosistemas asociados— fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La impactante biodiversidad de esta área, que abarca islas y costas, se pone de manifiesto en sus corales brillantes y saludables, así como en miles de especies de plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar.
La riqueza de la vida marina de Nueva Caledonia se extiende mucho más allá de sus lagunas. En el marco de una iniciativa para conservar los ecosistemas naturales del país, el gobierno creó el Parque Natural del Mar del Coral en el año 2014. Con una superficie que abarca toda la zona económica exclusiva (ZEE) del país, una vez finalizado el plan de ordenación, el parque ofrece el potencial de preservar una gran región de hábitats costeros y de océano abierto en reservas marinas fuertemente protegidas.
Tal protección es fundamental en estas aguas, que constituyen un refugio para especies altamente migratorias como las ballenas jorobadas, las aves y las tortugas marinas, así como para una multitud de corales y peces de arrecifes de coral.
Aunque los debates acerca de la implementación de las reservas marinas dentro del parque continúan, también existe un amplio apoyo por parte de los grupos conservacionistas del país hacia la adopción de nuevas medidas tendientes a garantizar la protección total de varios arrecifes de coral —Chesterfield, Bellona, Pétrie y Astrolabe— dentro de las aguas de Nueva Caledonia. Aun cuando esas medidas entren en vigencia, todavía se requieren mayores esfuerzos para implementar protecciones para el parque y fortalecer la salud del océano de Nueva Caledonia en pos de su resguardo para las generaciones futuras.
Para comprender qué cosas están en juego, sumérjase virtualmente en las aguas de Nueva Caledonia con las siguientes fotos.
Las aguas del país albergan vibrantes corales, como los que se aprecian en los arrecifes de Entrecasteaux. Los arrecifes de Nueva Caledonia, hogar de más de 400 especies de coral, son algunos de los arrecifes más saludables del mundo. En total, se han identificado alrededor de 9.300 especies marinas en las aguas de Nueva Caledonia.
Sabemos que las ballenas jorobadas recorren 11.706 millas (18.839 kilómetros) durante sus migraciones. Visitan Nueva Caledonia de julio a setiembre, durante su temporada de apareamiento. Una mayor protección del Mar del Coral permitiría salvaguardar los posibles puntos de apareamiento, rutas migratorias y áreas de descanso de estos cetáceos. El pueblo indígena de Kanak de Nueva Caledonia interpreta el avistamiento de la ballena jorobada como una señal para iniciar el cultivo de la batata.
El 40 % de los habitantes de Nueva Caledonia dependen del pescado como fuente de proteínas, y el 78 % de la pesca artesanal del país se desarrolla en la laguna que se encuentra en el interior de la barrera de coral de Nueva Caledonia (la segunda barrera de coral más grande del mundo, con una longitud de 1.600 kilómetros).
Nueva Caledonia alberga una increíble variedad de aves marinas, como fragatas, frailecillos, petreles, charranes y varias especies de piqueros, además de 23 especies de aves endémicas. Con una población estimada de 2,5 millones de aves dispersas por todo el territorio, alrededor de 700.000 parejas anidan en islas remotas.
Los volcanes, como la isla Matthew, integran la gran variedad de ecosistemas que se pueden encontrar en las aguas de Nueva Caledonia. Entre los otros ecosistemas, se pueden mencionar los hábitats de aguas profundas que constituyen el hogar de nautilos y crinoideos endémicos como el Gymnocrinus richeri, fósiles vivientes que se creían extinguidos hace 140 millones de años.