La ley pesquera de los Océanos de los EU se fragua por la política de la guerra fría

La ley pesquera de los Océanos de los EU se fragua por la política de la guerra fría
© Bob Hitz

Barco ruso ‘SRT’ en la costa del estado de Washington acumulando una captura de merluza en 1966.

Los Estados Unidos puede estar orgulloso de tener varias pesquerías bien manejadas a nivel mundial gracias a la ley de manejo pesquero del 1976, conocida como el Acta de Conservación y Manejo Pesquero de Magnuson-Stevens. No ha de sorprender que este estatuto, la ley primaria que rige la pesca en las aguas oceánicas de los E.U., surgiera en una era en que se despertó una conciencia ambiental que incluyó la creación del acta de aguas limpias, el acta de las especies en peligro de extinción y el acta del aire limpio justo después del día de la tierra en 1970.

El senador demócrata de Washington, Warren Magnuson no compartía la visión ‘verde’ de la época cuando redactó la ley en conjunto con el senador republicano de Alaska, Ted Stevens y los congresistas Gerry Studds, demócrata de Massachusetts, y Don Young, un republicano de Alaska. La visión de Magnuson era roja como la sangre.

La política de la guerra fría dominaba la visión de mundo de Magnuson, un veterano naval durante la Segunda Guerra Mundial que se erizaba al ver los barcos soviéticos procesadores de pescado en la costa de los estados de Washington y Oregón. Sin embargo, estas costas no eran las únicas donde los barcos extranjeros se ubicaron según el historiador de pesquerías Carmel Finley de la Universidad del Estado de Oregón. Miles de barcos extranjeros saqueaban los abastos de pescadilla y otros peces en Nueva Inglaterra. Mientras tanto, Stevens recordaba en el 2003, que los barcos de arrastre japoneses se amontonaban durante todo el año en las aguas de Alaska. Ante este cuadro, fue la flota pesquera industrial soviética al noroeste del Pacifico lo que más indignó a Magnuson.

El biólogo marino retirado, Bob Hitz, escribió sobre una singular vista durante un viaje de investigación cerca de la costa de Washington en 1966. “Habían barcos en todos lados”, documentó Hitz en el blog de Finley en 2012, “una flota gigante de barcos rusos al salir el sol, con el martillo y la hoz en las chimeneas que brillaban con el reflejo del sol.”

Finley mencionó que esta flota industrializada del gobierno eligió como blanco a la perca del Océano Pacífico del Mar de Bering a finales de los años 50 y luego se mudaron hacia el sur por la costa de Canadá y E.U. “Ellos descubrieron que hacia el sur a lo largo de toda la plataforma continental del Mar de Bering, habían ambientes realmente ricos entre las 90 y 120 brazas”, Finley contaba. “Ellos se movían hacia el sur y lo succionaron todo.”

Magnuson y Stevens, su compañero veterano de la Segunda Guerra Mundial, acordaron que ya era tiempo de que los E.U. estableciera una zona exclusiva de pesquerías hasta 200 millas de la costa. “Nos dedicamos a establecer el tema de la sustentabilidad en nuestras pesquerías,” dijo el senador Stevens durante un discurso en el 2003. La ley bipartita que ellos auspiciaron, pedía a los manejadores promover la conservación y evitar la sobre-pesca, aunque Finley recalca que en aquella época “conservación” se definía como maximizar el rendimiento de los recursos naturales para el beneficio de E.U.

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U.S. Exclusive Economic Zone: Zona Económica Exclusiva de Estados Unidos

Los científicos y los manejadores de pesquerías han aprendido mucho desde entonces. Por un lado la ‘americanización’ de la flota doméstica, estimulada por los préstamos federales para reponer o renovar los barcos pesqueros, incitó a los barcos pesqueros de E.U. a causar la reducción de muchos de los abastos que eran el objetivo de los barcos extranjeros. Esto llevo a muchas de las poblaciones de peces importantes en Nueva Inglaterra y en el Golfo de México al colapso durante las décadas de los 80 y 90. Cuando el Congreso re-autorizó el Acta Magnuson-Stevens en 1996 y nuevamente en 2006, mejoró la protección de las poblaciones de peces al requerir que los manejadores de océanos usaran la ciencia para determinar el número de peces que los pescadores comerciales y recreacionales podían capturar de manera sustentable anualmente. También, se establecieron cronogramas fijos para reconstruir poblaciones sobre pescadas. En la actualidad estos esfuerzos continúan para asegurar que los recursos marinos se manejan sabiamente para las generaciones actuales y futuras de pescadores al igual que para las comunidades costeras.

Hoy en día nuestros océanos se enfrentan a unas amenazas más retantes que lo que representaban las flotas pesqueras extranjeras. El cambio climático causa que los mares estén más calientes y más ácidos, esto a su vez daña los arrecifes de coral y causa que los peces se muden de sus zonas usuales. A su vez, el desarrollo costero degrada los hábitats naturales y los humanos extraen los recursos naturales de lugares cada vez más remotos. A pesar de todo esto, cuando se trata de sustentar las pesquerías de los E.U., el Acta de Magnuson-Stevens, luego de las enmiendas realizadas en 1996 y 2006, se ha enfrentado a los retos que se presentan y ha ayudado a la nación a mantener y hasta mejorar las aguas costeras y los hábitats marinos. Mientras en el Congreso se debate la reautorización de la ley, los legisladores deben requerir a los consejos de pesca regionales que amplíen su enfoque de manejo de las especies de manera independiente, a establecer un acercamiento de visión amplia que tome en consideración la función y estructura del ecosistema. Esto viabilizará que los manejadores de pesquerías puedan tomar en cuenta lo que comen los peces, sus depredadores, dónde viven y cómo todos estos son afectados por la actividad de pesca.

El Acta de Magnuson-Stevens se acerca a su 40 aniversario y podría beneficiarse de una actualización. Ya es tiempo de un nuevo enfoque en el manejo de pesquerías. Conozca más en www.pewtrusts.org/healthyoceans.