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Ocho razones para resguardar el océano y la costa oeste de Puerto Rico
Desde la pesca y el buceo hasta las reuniones comunitarias, la cultura y la economía de la región dependen de un medioambiente saludable
Ocho razones para resguardar el océano y la costa oeste de Puerto Rico
La costa occidental de Puerto Rico es hogar de activas comunidades costeras, deportes náuticos de primera clase, artefactos históricos y celebraciones tradicionales que manifiestan la historia cultural y la identidad de la región.
Antiguos naufragios y arte en cuevas; surf y música local; productos marinos; pesca y navegación: la economía y la cultura costera de la región dependen de la salubridad del océano y de pesquerías sustentables. Por tanto, es necesario establecer esfuerzos y políticas de manejo para hacer frente a una variedad de amenazas.
Estos son ocho símbolos y actividades culturales del patrimonio costero de la región occidental de Puerto Rico:
Arte en cuevas (rupestre) del pueblo taíno: Los indios de Puerto Rico, los taínos, dejaron tras su paso piezas de alfarería, cuentas y arte en cuevas. Los exploradores hallaron muestras de arte taíno en 30 cuevas situadas en la Isla de Mona, incluido el único registro conocido de la llegada de los misioneros cristianos al Nuevo Mundo.
Naufragios: Navegar por las turbulentas aguas del canal de Mona podía resultar peligroso en los siglos XVII y XVIII; hoy en día, barcos de piratas (con sus tesoros), naves exploradoras españoles y demás embarcaciones yacen en el fondo del mar. En 1986 y a apenas 13 pies de profundidad, se descubrió en las costas de Rincón un barco del que se cree que era un navío mercante, con diversos artefactos, entre ellos, herramientas, platos, un mosquete y un astrolabio de bronce, un instrumento astronómico que se usaba para la navegación marítima. El astrolabio está almacenado en una bóveda en el Instituto de Cultura Puertorriqueña, en San Juan, y el barco permanece donde se hundió.
Faros: Hace más de 100 años, los faros guiaban a los marineros hacia Puerto Rico para comercializar azúcar, café y tabaco. Esto generó que florecieran las industrias pesquera y agrícola de la isla. De los 16 faros de Puerto Rico, cinco engalanan la costa occidental. Estas torres históricas, construidas principalmente en el siglo XIX, descansan sobre acantilados escarpados y junto a extensiones aisladas de la costa. Los faros están cerrados al público, pero las inmediaciones ofrecen imponentes vistas del mar.
Buceo: Las aguas de la región oeste de Puerto Rico albergan centenares de naufragios, entre ellos, los restos de un bombardero B-29 cerca de las costas de Aguadilla que se cree que cayó en 1945 tras despegar del aeródromo de la base militar en Borinquen. Se rumorea que una de las naves naufragadas pertenecía a Sir Francis Drake, quien entonces navegaba en dirección oeste después de fallar en su intento por tomar la ciudad de San Juan. Entre otras atracciones populares para practicar buceo, se incluyen las cavernas de la Isla de Desecheo y una variedad de arrecifes de coral desde Guánica hasta La Parguera. Los arrecifes de coral de la isla aportan $2000 millones a la economía de Puerto Rico. Debido a su biodiversidad y a la presencia endémica de la iguana terrestre, a menudo se compara a la Isla de Mona con las Islas Galápagos. Debajo del agua, la visibilidad a veces alcanza una extensión de más de 165 pies alrededor de la isla protegida, lo cual ofrece una de las experiencias de buceo con mejor visibilidad en el mar Caribe.
Pesca artesanal: Los pescadores de la costa oeste, cuyas capturas representan casi el 40% de todas los desembarcos comerciales en Puerto Rico, mantienen una larga tradición de proveer pesca fresca a familias y comunidades. Los restaurantes y los mercados de pescados abundan en las localidades como Cabo Rojo, Mayagüez y Añasco. En esta región, los pescadores artesanales se aventuran mar adentro en pequeños botes llamados yolas, y algunos de ellos aún pescan como lo hacían sus ancestros: con anzuelo y línea, redes, lanzas, canastas y otros tipos de trampas. Los restaurantes que se alinean en las calles de los poblados, desde Joyuda hasta Combate, forman parte de la economía derivada del mar de Puerto Rico, que sostiene a 4295 establecimientos dependientes del océano con 66.720 empleados y un total de casi $922 millones en salarios.
Virgen del Carmen: Durante cientos de años, los pescadores han dirigido sus plegarias a su santa patrona, la Virgen del Carmen, conocida también como Nuestra Señora del Monte Carmelo, para que los proteja cuando se adentran en el mar. En Cabo Rojo, se mantiene una vela encendida durante todo el año en una estatua de la santa patrona situada cerca de la entrada de la bahía. El mes de julio marca las principales celebraciones en varios pueblos, donde los pescadores organizan una misa para honrar a su patrona, y los fieles colocan su estatua en un bote que se hace a la mar seguido de una procesión de botes decorados con flores.
Práctica de surf: Diversas ciudades de la región oeste de Puerto Rico, incluidas Isabela y Aguadilla, son el centro de la práctica de surf de primera clase. Rincón entró en el mapa del surf mundial después de que en 1968 se celebraran allí campeonatos internacionales de surf. La Reserva Marina Natural de Tres Palmas, Playa Domes y Little Malibu organizan eventos invernales de surf que atraen a locales y turistas de todo el mundo.
Playas: Durante los fines de semana, los locales se reúnen en las playas de la región para nadar, practicar buceo con esnórquel, remar en tabla de surf, practicar surf y bailar. Las familias cocinan grandes cacerolas de arroz con pollo y habichuelas, alcapurrias o pastelillos rellenos de carne, pollo o productos marinos. Estos encuentros continúan tradiciones de antaño y ayudan a mantener unidas a las comunidades.
Proteger las tradiciones y los recursos culturales de la región occidental de Puerto Rico es importante para su economía costera y su estilo de vida. Un sistema de manejo cohesivo pueden ayudar a garantizar que estas tradiciones y lugares especiales prosperen para el disfrute de las generaciones futuras.
Holly Binns es directora de proyectos, y David Ortiz es administrador del proyecto de The Pew Charitable Trusts para la conservación de la vida marina en los Estados Unidos.